Juez de Mubarak se retira del caso y aplazan su juicio tras una audiencia caótica

Foto: EFE

El juez que debía juzgar al expresidente egipcio Hosni Mubarak se retiró del caso este sábado en una audiencia caótica que duró apenas unos instantes en los que el ex hombre fuerte del país se mostró seguro de sí mismo y relajado.

AFP

Mustafa Hasán Abdalá, en entredicho por haber absuelto a dignatarios del derrocado régimen en otro juicio, dijo sentirse “incómodo” segundos después de entrar en la sala del tribunal penal instalado en una academia de policía de los suburbios de El Cairo.





El juez remitió el caso a una corte de apelación que deberá elegir a un nuevo tribunal.

Mubarak, que cumplirá 85 años en mayo, asistió a la escena en una celda-jaula, vestido de blanco y sentado en una camilla, con la mirada oculta por unas gafas de sol. Esperó el comienzo de la audiencia charlando con sus dos hijos, Alaa y Gamal, que también comparecían.

Derrocado en febrero de 2011 por una revuelta popular después de 30 años en el poder y detenido unos meses más tarde, Mubarak tenía que ser juzgado por la muerte de casi 850 personas durante la revuelta (del 25 de enero al 11 de febrero de 2011) y por corrupción.

Durante un juicio en 2012, fue condenado a cadena perpetua por las mismas acusaciones, pero este veredicto fue anulado por demandas interpuestas por Mubarak, y también por la fiscalía, que pide la pena de muerte.

Mubarak sonrió cuando llegaron los jueces y agitó la mano en varias ocasiones, con un gesto con el parecía saludar a la audiencia y, a través de las cámaras de televisión, a toda la población egipcia.

Se fue del tribunal como había llegado, en ambulancia, rodeado por un imponente dispositivo de seguridad. Un helicóptero lo trasladó al hospital militar donde recibe atención médica.

En la sala, los abogados de la parte civil gritaron “el pueblo quiere la ejecución del presidente”.

El juez Abdalá había presidido la corte que absolvió en octubre de 2012 a personalidades del derrocado régimen acusadas de haber orquestado en febrero de 2011 un ataque de hombres montados en camellos y caballos contra manifestantes, en un episodio conocido como la “batalla de los camellos”.

“Este juez y su equipo absolvieron a todos los inculpados en el caso de la ‘batalla de los camellos’ y hay muchas dudas sobre este tema. Esto lo desacredita para dirigir este juicio”, declaró un abogado de la parte civil, Amir Salem.

Además de Mubarak se encontraban en la sala sus coacusados en el primer juicio: sus dos hijos, juzgados por corrupción, el exministro del Interior Habib el Adli y seis responsables de los servicios de seguridad, acusados de la represión de la revuelta.

Adli había sido condenado a cadena perpetua, pero los seis policías, absueltos, lo que enfureció a numerosos egipcios.

La apertura del primer juicio en agosto de 2011 acaparó la atención de Egipto y del mundo árabe. La imagen del antiguo hombre todopoderoso e intocable tumbado en una camilla en el banquillo de los acusados no dejó a nadie indiferente.

Era la primera vez que un dirigente árabe derrocado por su pueblo comparecía en persona ante un tribunal. El depuesto presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali fue juzgado en rebeldía y el ex dirigente iraquí Sadam Husein compareció ante un juez pero después de una invasión extranjera.

Sin embargo el nuevo juicio, que debía comenzar este sábado, perdió protagonismo ante la inestabilidad en el país, inmerso en una profunda crisis política, de seguridad y económica.

Egipto está dirigido actualmente por el presidente Mohamed Mursi, procedente de la cofradía de los Hermanos Musulmanes perseguida en tiempos de Mubarak.

La salud de Mubarak fue objeto de numerosas especulaciones. La agencia oficial Mena incluso lo dio por “clínicamente muerto” en 2012.