Queman a un niño al intentar acabar con su familia

Queman a un niño al intentar acabar con su familia

Intentaron quemar vivos a los Camargo. Los homicidas fallaron, pero un inocente vive las consecuencias. Los hermanitos Daniel José Camargo (12) y Deivis Camargo (9) dormían en un chinchorro en la sala de su vivienda, ubicada en la calle 1 del barrio 5 de Julio, parroquia Francisco Eugenio Bustamante, cuando a las 12.00 de la medianoche de ayer les prendieron fuego. Daniel no escapó de las llamas y ahora está hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario debatiéndose entre la vida y la muerte.

Daniela Camargo, tía de los niños, contó al diario La Verdad que en el ranchito de latas viven cinco niños y seis adultos. Todos a esa hora estaban durmiendo. A los hermanitos los acostaron en una hamaca en la sala, porque no cabían en los dos únicos cuartos de la residencia. La cortina de la sala agarró candela de la nada y las llamas agarraron las hamacas de lona donde dormían los niños.





Deivis, al ver el fuego y sentir el ardor de la quemadura en uno de sus pies, se bajó y corrió a avisarles a su abuela paterna María Inocenta de Aguas y a sus tías. Cuando las mujeres salieron del cuarto consiguieron el chinchorro de Daniel prendido. Gritaron y suplicaron ayuda, mientras las llamas devoraban al pequeño.

En la impotencia, las tías llamaron al servicio de emergencia 171, pero los paramédicos tardaron una hora en llegar. Unos parientes que bebían con unos vecinos fueron sus salvadores. Se las ingeniaron para abrir las puertas y sacar a las mujeres y al resto de los niños.

Con sábanas trataron de apagar el fuego que rodeaba todo el cuerpo de Daniel. No lo lograron. Tuvieron que lanzarle varios tobos con agua y arena para sofocarlo por completo.

A las 12.30 lograron que las llamas se apagaran completamente. A Daniel lo levantaron del suelo, lo montaron en el carro de un vecino y lo trasladaron al Hospital Universitario, donde ingresó a la 1.30 de la mañana de ayer con quemaduras de tercer grado en 90 por ciento de cuerpo. Su estado de salud es delicado. Solo un milagro podría salvarlo.

Más información en el diario La Verdad.