Antonio de la Cruz: La debacle de PDVSA

Antonio de la Cruz: La debacle de PDVSA

Para entender el futuro del proyecto político, de los países de la Alternativa  Bolivariana para la América (ALBA), conocido como el Socialismo del Siglo XXI (SSXXI) que fue desarrollado por Hugo Chávez y Fidel Castro, debemos  evaluar la  factibilidad  financiera de la institución que lo ha fondeado  desde el año 2004.

Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha sido el organismo que ha permitido desarrollar el modelo económico propuesto por este proyecto político, que se sustenta en cuatro ejes a saber: el desarrollismo –económico- democrático regional (Petrocaribe), la economía de equivalencias (Alba), la democracia participativa (Las Elecciones) y las organizaciones de base (Las Comunas).

La aproximación teórica-practica del análisis se fundamenta en el último Informe de Gestión Anual 2012 de PDVSA, el Informe del Comisario de la Junta Directiva de PDVSA: Ejercicio Anual Finalizado el 31 de Diciembre de 2012,los indicadores del Banco Central de Venezuela (BCV), cifras de la Agencia de Información de Energía  de Estados Unidos (EIA) y hechos ocurridos luego de las elecciones presidenciales en Venezuela el 14 de Abril 2012.

Chávez utilizó como arma geopolítica la diplomacia del petróleo para comprar voluntades en los foros internacionales y a través de éstos silenciar los señalamientos de ausencia de principios democráticos en su gobierno y gestión. Así mismo construyó la imagen de benefactor de las clases desposeídas al incorporar los sectores excluidos en su gestión. En USA a través de la petrolera Citgo el programa de donación de gasoil en la estación de invierno a hogares ubicados en  25 estados  y en Venezuela a través de las misiones y programas sociales.

La racionalidad detrás de  ésta iniciativa es la entrega de bienes y servicios a los sectores necesitados que la sociedad no ha incorporado al sector productivo, creando una dependencia benefactor – receptor, que en el caso de Venezuela se materializa en la relación  líder-masa. Por lo tanto, la estructura de gobierno se diluye en un culto a la personalidad del presidente y la responsabilidad del Estado de crear oportunidades a sus ciudadanos para la prosperidad  se convierte en un Estado que genera una relación de dependencia, al subsidiar  las necesidades básicas de sus habitantes. Reforzando así la conducta emocional del individuo que ve su futuro en las manos de quien dirige el país.

Por otra parte los Convenios o Acuerdos de Cooperación Energética (CCE) que incluyen a 22 países de América Latina y del Caribe bajo Petrocaribe; los Acuerdos de Cooperación Energético de Caracas (Bolivia, Paraguay y Uruguay) y los  Convenios Integrales de Cooperación (Argentina y Cuba), conjugan el concepto anterior de la entrega de petróleo y sus productos a precios del mercado a países con economías donde el recurso energético tiene alto impacto. La modalidad utilizada para el pago de la factura incluye un período de uno a dos años de gracia para cancelar la  inicial (5 al 50%) y el financiamiento del resto a largo plazo (15 a 25 años) con una taza de  interés de 1% a 2%. Así mismo, los pagos pueden realizarse a través de mecanismos de compensación comercial con productos como arroz, aceite, azúcar, café, caraotas o frijoles, carne, leche UHT, lomo de atún, aceite de palma,  semillas, novillos, vaquillas, azúcar liquida, pastas alimenticias y prendas de vestir cuando son solicitados por Venezuela.

Bajo los CCE los países receptores de los volúmenes de crudo o productos refinados generan  una relación de dependencia con Venezuela, por la deuda contraída a corto y largo plazo y por el impacto inmediato que tiene el pago de la inicial de la factura de este commodity, con un  periodo de gracia, en el presupuesto anual del país destinatario.

La migración de los Convenios Operativos, de los Convenios de Exploración a Riesgo y Ganancias Compartida y Convenios de Asociación Estratégica de la Faja Petrolífera del Orinoco  a Empresas Mixtas (EEMM), en la cual el Estado a través de la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) tiene un mínimo de 60% del capital accionario y el socio un máximo de 40% se traduce en la propiedad de la producción generada por los accionistas, proporcionalmente.

Estas iniciativas le imponen a PDVSA colocar una alícuota de su producción sin el pago total del volumen de crudo suministrado.

Ahora bien, para desarrollar la democracia participativa en la práctica se monta un sistema electoral basado en la “compra de votos” de los sectores débiles de la sociedad a través del financiamiento de   las Misiones y Programas Sociales, que logra controlar el 42%  de los electores del Registro Electoral Permanente.

Para ello PDVSA se convierte en el suplidor de los recursos monetarios necesarios para cumplir con este objetivo. Como consecuencia, el aporte total de PDVSA a las Misiones y Programas Sociales para el período 2004 al 2012 es 157 mil 339 millones de dólares equivalente a 1,5 PIB anual de Ecuador, 10 PIB anual de Nicaragua, 1, 35 PIB estimado anual de Cuba y 3 PIB anual de Bolivia o 0,5 PIB anual de Venezuela.

Adicionalmente, para complementar la necesidad de  recursos para satisfacer las necesidades del Socialismo del Siglo XXI en el exterior, PDVSA se convierte en el pagador del préstamo otorgado por del Banco de Desarrollo de China (BDC) al Fondo Chino con producción a futuro de crudo o productos y así compensar la necesidad de divisas requeridas por el BCV.  .

 

Por lo tanto, veamos en la grafica cómo todos estos elementos se conjugan e impactan el flujo de caja de PDVSA para el año 2012

 

 

 

 

¿Que ocurrió?

 

 

 

 

 

Si consideramos el Informe del Comisario de la Junta Directiva de PDVSA el déficit está en el orden de 9 mil 482 millones; sin embargo el  Informe de Gestión 2012 difiere en los aportes de PDVSA  al Estado e incrementa el déficit de caja a 38 mil 496 millones de dólares.

 

En conclusión, la situación financiera actual de PDVSA no es viable bajo los supuestos que se sustenta el SSXXI, presentando una disyuntiva. Si se sigue con este modelo la crisis actual de desabastecimiento, inflación, violencia pondrá en jaque al gobierno actual. Y solicitarle al sector privado que asuma el costo interno de la debacle financiera de PDVSA, al no contar con los recursos para mantener el flujo de valores de cambio en la economía venezolana, es irresponsable por parte del régimen porque durante 14 años lo cercenó y asfixió económicamente.

 

El cambio táctico actual del gobierno debe plantear una discusión nacional para salir del atolladero político, además de revisar los  ejes del SSXXI porque la nación está por encima.

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Antonio de la Cruz es Director Ejecutivo de Inter American Trends.

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