Orlando Viera-Blanco: Cuentos de pajarracos

Orlando Viera-Blanco: Cuentos de pajarracos

La “tertulia” sostenida por Mario Silva y el teniente del G-2 cubano, no fue ni un descuido de la revolución ni un evento casual. No se piense por un segundo que pretendo enaltecer la inteligencia del régimen antillano. Por el contrario. En Cuba hacen las cosas, tal como va la isla o como juegan pelota: ¡a punta de batazos! Así en medio de “la calidad del juego” devienen en previsibles y toscos.

Depurar

El análisis no debe anclarse en el cómo ni en el qué de las cosas. Que cómo llegó la grabación a la oposición o qué pretendían lograr con un supuesto escándalo. Las respuestas a estas preguntas, son las que califico de previsibles. Es obvio que Maduro no calza las botas del comandante, que el país se le viene encima (a lo interno y a lo externo del proceso), y es necesario depurar la revolución, desviando la atención de lo que hoy es la agenda: desabastecimiento, criminalidad, ilegitimidad política, corrupción campante, protestas, inflación y un largo etc. El riesgo y el control de daños por lo pronto, fue calculado. Mandan al pajón a Cabello (pensando que no posee el control que se le atribuye en las FAB), y a unos cuantos más (vampiros, Cadivi, JVR, Barroso, Lucena, en fin… ), hasta la misma Cilia, empaquetando a Silva a La Habana. Así “lavan hacia adentro”, cierran cuadro en torno a Maduro con mosqueteros de Cuba y barren todo aquello que apeste a corrupción… Maduro queda como víctima de conspiraciones internas y malos manejos, ponen a la oposición de tonta útil (mensajera) y le dan de baja a unos cuantos tercios que lucen como fichas negras del chavismo sin Chávez, por no hacerlo viable. Estocar la bola con un bate quebrado (con el que no pueden hacer más) y sorprender al contrario, cuando que debía sorprender no lo hizo.





Jugada temeraria

Pero ¿por qué el G-2 se lanza un squeeze play perdiendo por 10 carreras, en momentos tan sensibles para el poder ilegítimamente constituido? Para este columnista el tema fue recuperar la moral revolucionaria. Pareciera algo intangible, fútil, irrelevante. Pero no lo es. Una jugada aunque audaz y temeraria, que si sale bien, puede voltear un resultado, una tendencia, una derrota. Y es aquí donde quiero alertar a la oposición. Ya la campaña de intriga pecó de infantil e incoherente al drama-país que vivimos. No estamos para “propagandas de detergentes bajo el esquema ya viene, ya llegó, ya está aquí… ” y guerra avisada no mata alfil. La seriedad de la agenda no tolera desviaciones.

Capriles debe mantenerse enfocado en mantener vivo su liderazgo reclamando su triunfo y recorriendo el país. Es acompañar a la gente en la tragedia diaria que significa vivir en Venezuela. El Gobierno se fragmenta solo, es cierto. Pero cuidado con readherirlo contribuyendo a su propia depuración y enalteciendo su poder conspirativo, porque serán esos conspiradores quienes se harán del poder.

Y si me preguntan, Capriles debe apartarse de Miranda y no arriesgarse a que lo boten. La oposición lo necesita al frente de todos, no de Los Teques, por cierto ajeno a cuentos de pajarracos.

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