BBC: Los hechos, lo dicho y lo incierto de las conspiraciones en Venezuela

BBC: Los hechos, lo dicho y lo incierto de las conspiraciones en Venezuela

(Foto AVN)

Todavía no ha cumplido dos meses en el poder y ya son virtualmente incontables las denuncias de conspiraciones contra la estabilidad del país y su propia vida que tiene en su haber el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, publica BBC Mundo.

Abraham Zamorano
BBC Mundo, Caracas

Parece un estilo heredado de su antecesor y mentor político, Hugo Chávez, quien en sus 14 años al frente del país habló en innumerables ocasiones de planes de magnicidio, intentos de golpe de Estado y otras supuestas maniobras desestabilizadoras.





Desde planes para envenenarlo gestados en Miami, a sicarios colombianos armados a sueldo de la misma oposición que dio el golpe de Estado contra Chávez en 2002, las denuncias de Maduro son una constante.

Sin dar demasiados detalles, el gobierno suele nombrar a los exdiplomáticos estaodunidenses Roger Noriega y Otto Reich, a los que tacha de ser “el clan de mafiosos y asesinos” de John Negroponte, también alto funcionario del gobierno de George W. Bush (2001-2009).

Otros habituales en boca de Maduro son el asesor político venezolano J.J. Rendón y el expresidente colombiano Álvaro Uribe.

Los últimos señalamientos de Maduro incluyen la supuesta compra de 18 aviones de guerra por parte de la oposición y el “plan magnicida” de una banda de quienes el gobierno asegura que son paramilitares colombianos contratados por la oposición. En este último caso el gobierno presentó nueve detenidos.

BBC Mundo le propone repasar las cuatro cosas que sí se saben de esta última denuncia.

Paramilitares

Del caso de los presuntos paramilitares, los detalles los dio el ministro de Interior, Miguel Rodríguez Torres. Según él, pertenecen a dos bandas: la de “Los Rastrojos” y la del paramilitar José María ‘Chepe’ Barrera.

En el andino estado Táchira, fronterizo con Colombia, fueron arrestados seis presuntos integrantes de Los Rastrojos, mientras que en el estado Portuguesa (centro) fueron apresados tres presuntos paramilitares.

Los Rastrojos, a la que las autoridades identifican como una organización narcotraficante, se constituyó tras la desaparición del Cartel del Norte del Valle en 2002 y se fortaleció con el reclutamiento de paramilitares desmovilizados de las Autodefensas Unidas de Colombia.

 Por su parte, ‘Chepe’ Barrera es un prófugo de la justicia de su país, quien a finales de los 80 creo el grupo de autodefensa Los Cheperos para hacer frente a los secuestros y extorsiones de las FARC.

“Todo paramilitar que sea capturado en Venezuela y venga con este tipo de planes, va para cárceles venezolanas y allí se pudrirán”, dijo el presidente Maduro.

Espías y venenos

Las denuncias de presuntas conspiraciones son una constante en el discurso de Maduro desde que quedó al frente del gobierno venezolano por la desaparición de Hugo Chávez.

El 5 de marzo, poco antes del anuncio de la muerte de Chávez, Maduro aseguró no tener dudas de que el cáncer que terminó con la vida del mandatario le fue inoculado.

Durante la campaña denunció que la inteligencia estadounidense estaba detrás de un plan para asesinar al opositor Henrique Capriles, como una forma de desestabilizar el proceso electoral y para culpar a su gobierno.

También denunció de que la derecha de El Salvador había contratado a un grupo de mercenarios que se dedicarían a sembrar de violencia el país buscando la desestabilización de la situación, hasta terminar por intentar matarlo.

Los medios de comunicación privados también suelen ser señalados como instigadores de planes desestabilizadores por Maduro, quien señaló a la cadena internacional de noticias CNN como promotora de una intervención internacional.

La CIA es otra de las organizaciones a las que suele apuntar el mandatario. Hace varias semanas, el documentalista estadounidense Timothy Tracy fue arrestado bajo la acusación de estar en el país espiando para la agencia de inteligencia de su país.

Tracy fue expulsado del país poco antes del encuentro que los cancilleres John Kerry y Elías Jaua sostuvieron la semana pasada durante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizada en Guatemala.

La siguiente denuncia fue un supuesto plan para envenenarlo. “Llegó un grupo de expertos con un veneno y están preparados para venir a Venezuela a inocularme el veneno, no para que me muera en un día, no, para enfermarme en el transcurso de los meses que están por venir”, declaró Maduro el pasado 30 de mayo.

Esta misma semana, además de la detención de los nueve supuestos paramilitares, Maduro se hizo eco de una denuncia del exvicepresidente José Vicente Rangel, quien afirmó que la oposición había comprado 18 aviones de guerra para atacar al país.

Las burlas de la oposición

El líder opositor Henrique Capriles, en el estreno de su programa de televisión por internet, calificó las denuncias de “cortinas de humo”. “Son cosas típicas de un gobierno ilegitimo, débil”, dijo quien no reconoce la victoria de Maduro en los comicios del 14 de abril.

Capriles además exigió pruebas de los “señalamientos irresponsables donde se involucran a gobiernos de otros países”. “¿Dónde están esos aviones? Que vengan a ver si tenemos un avión guardado en el estacionamiento”.

Maduro dijo que detrás de esos planes están miembros emigrados a Colombia de Gente del Petróleo, una organización formada por exfuncionarios de la estatal petrolera Pdvsa despedidos tras el llamado paro petrolero de 2002-2003.

La asociación tacha de “ridícula” la idea. “Chávez decía mentiras que se podían medio creer. En cambio, Maduro exagera tanto la nota que hace el ridículo”, le dijo a BBC Mundo Eddie Ramírez, coordinador nacional de Gente de Petróleo.

“Si fuéramos a comprar aviones, tendrían que ser unos Camberra o B-17 de la II Guerra Mundial”, dijo en tono sarcástico. “La aviación no derriba gobiernos, ni gana batallas. Se necesita la infantería. Es todo una ridiculez”.

Según Ramírez, “frecuentemente el gobierno captura gente y dice que son paramilitares cuando suelen ser simples bandoleros y atracadores haciendo de las suyas”.

“”Los paramilitares que uno conoce aquí son los de los colectivos armados por el gobierno nacional y ese intento de crear una milicia obrera para oponerse a las fuerzas armadas”, agregó.

Problemas bilaterales

Colombia, junto a EE.UU., es el enemigo exterior favorito del chavismo, por su condición de país aliado de Washington y por los intentos del presidente Álvaro Uribe de convertirse en su contrapeso ideológico en la región.

La última vez que la denuncia de una conspiración tuvo repercusión internacional fue el 29 de mayo, con la airada reacción luego de que Santos recibiera en Bogotá a Henrique Capriles.

Tras la reunión de Santos y Capriles, el canciller Jaua dijo que “devela lo que muchas veces repetimos, que desde Bogotá había una conspiración contra Venezuela. No queríamos creer que esa conspiración alcanzaba los altos poderes del Estado colombiano”.

Las acusaciones que hacen desde Caracas a Santos por “formar parte de las conspiraciones”, han puesto a tambalear nuevamente las volubles relaciones bilaterales.

El pragmatismo de Chávez y Santos había propiciado un buen momento en las relaciones entre Bogotá y Caracas, que se habían visto interrumpidas los ultimos días de la gestión de Uribe.