“La inflación se come el bolsillo de los venezolanos”

Gabriel Hernández, Coordinador de Organización del Primero Justicia en Maracaibo, aseguró que la problemática que se suscita en el país con respecto a la inflación se está comiendo el bolsillo de los venezolanos. “Vemos como la gente hace colas kilométricas, debido al desabastecimiento para obtener un artículo regulado por que si lo conseguimos normalmente vemos que está al 200 por ciento o 300 por ciento fuera de su valor comercial”.

Agregó que el Gobierno dice que esta situación es parte del acaparamiento o la usura de los comerciantes, mientras que sus acciones emprendidas han eliminado la producción nacional por lo tanto todos los alimentos son importados. “Del Gobierno depende el 80 por ciento de los alimentos del país, y al llegar a los comercios correspondientes, los precios llegan con un 200 por ciento de sobre precio,  porque los comerciantes deben tener un mínimo margen de ganancia. La gente no gana lo suficiente para pagar todo lo que debería consumir”.





Hernández destacó que en el Zulia la gente tiene que lidiar con las mentiras del Gobierno. “La carne la están regulando a 32 bolívares por kilo o en el caso de la harina pan a 5 bolívares, cuando la realidad es que vemos en los comercios, si es que se consigue, precios entre 80 o 90 bolívares la carne y entre 25 o 50 bolívares un solo paquete de harina”. A esto se preguntó: “¿A qué jugamos cuando decimos que tenemos la inflación a un solo dígito por mes? Si hacemos la suma del año ya tenemos la proyección de que Venezuela va a tener la inflación más alta de todo el mundo”.

Aseveró que al año pasado Venezuela estaba de segundo lugar en inflación, pero hoy está por encima de Zimbabue, donde no hay una regulación en los precios. “Imagínense el país de América latina donde tenemos la mayor cantidad de reservas de petróleo y tenemos esta deficiencia en los productos alimenticios. Esta inflación que aumenta cada día más, se siente en los bolsillos y en nuestras ocupaciones porque tenemos que invertir más tiempo que antes para comprar alimentos. No hay establecimiento en donde no haya cola para entrar o para pagar”.