Gerver Torres: Nuevo SICAD: un fiasco anunciado

Gerver Torres: Nuevo SICAD: un fiasco anunciado

Hay ideas que apenas se enuncian, se sabe que son disparatadas. Si alguien dice que está pensando en montar una venta de aires acondicionados en el polo norte, uno sabe de inmediato que muy probablemente fracasará. Lo mismo ocurre con los anuncios gubernamentales  sobre el nuevo (¡otro más!) sistema complementario de administración de divisas. Según estos anuncios, a partir de ahora habrá subastas de divisas por regiones, por industrias y por naturaleza jurídica de quienes las requieran. Les faltó decir que se organizarán también por grupos de edades, religión, sexo, color y altura de los demandantes. Uno puede advertir de entrada que ese esquema fracasará porque el mundo tiene una larga y riquísima experiencia en materia de esquemas cambiarios que permite saber que mientras más complicados sean éstos, menos eficientes resultan y más difícil  que sobrevivan. Por eso, lo que predomina en el planeta son esquemas cambiarios muy simples: un tipo de cambio único para todas las transacciones. Pensar en organizar subastas por regiones y por industrias hace suponer que habrá numerosos tipos de cambio: la industria metalmecánica del Estado Carabobo tendrá un tipo de cambio distinto al de la industria metalmecánica del Estado Zulia, que a su vez será distinto a la del sector agrícola de ese mismo estado. Mientras el gobierno inventa y trata de poner en marcha un esquema cambiario tan extraño como ese, el problema de fondo en materia cambiaria más bien se agrava. El país tiene una absoluta y creciente dependencia de una sola fuente de divisas que es el petróleo. Las inversiones extranjeras –otra fuente de divisas- se han reducido igualmente a su mínimo. Mientras tanto,  la demanda  sigue exacerbada porque además de las necesidades de importación de una economía que ha visto desaparecer la producción interna, está la desesperación de los venezolanos por sacar fuera del país cualquier bolívar de que dispongan para protegerse de un modelo económico en el que nadie confía. Por supuesto, el nuevo sistema de administración de divisas permitirá al régimen seguir beneficiando o penalizando a grupos y sectores con absoluta discreción, al tiempo que alimenta la corrupción en su entorno. Pero con seguridad, para el país y la economía en su conjunto  el nuevo SICAD será otro fiasco más.

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