El increíble aleteo del colibrí, a cámara súper lenta

Las imágenes permiten observar movimientos tan rápidos que resultan imperceptibles para la visión humana, publica abc.es.

Para diseñar y poner en marcha robots, los científicos necesitan muchas veces de una inspiración natural, desde los propios humanos a otras diferentes especies de animales. Los movimientos que reconocemos como naturales poseen una complejidad que es observada y analizada por los investigadores, que luego desarrollarán toda la ingeniería necesaria para poder imitarlos con tecnología. Esto es lo que ha animado a un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford a analizar el vuelo del colibrí, capaz de mover sus alas 55 veces por segundo mientras está quieto, 61 veces por segundo cuando se mueve hacia atrás y 75 cuando va hacia adelante. Esta posibilidad de ir hacia cualquier dirección es facilitada por la rotación de 180 grados de sus alas. Las imágenes obtenidas con una cámara súper lenta han permitido descubrir nuevas características del vuelo de estas aves increíbles.





La cámara responsable de brindarnos la posibilidad de apreciar esto que de otra forma resultaría imperceptible para nuestra visión normal es la Phantom, con una potencia que le permite capturar miles de cuadros por segundo. El equipo de Standford se encargó de encontrar una especie de colibrí que fuera lo suficientemente rápida como para poner a prueba la potencia de la cámara.

Usando una cámara del Phantom ultrarrápida que puede disparar 3.300 cuadros por segundo en alta resolución y unos 650.000 en una resolución diminuta, los científicos pueden visualizar las maravillas biomecánicas del vuelo del ave a una escala hasta ahora nunca vista. Y con una cámara que graba 100 veces más rápido que la frecuencia de generación de nuestra vista, cada movimiento del ala puede extenderse a 40 cuadros, lo que produce una cantidad de información inaudita.
55 aleteos por segundo

Los científicos han logrado desentrañar algunos datos más sobre el vuelo sostenido de los colibríes. Por ejemplo, que producen una vibración y movimiento mínimo sobre su espalda mientras aletean, dejando todo el trabajo a las articulaciones. Esto les permite mantener la forma en vuelo, por lo que los vemos casi quietos en el lugar, como flotando, mientras se alimentan con sus picos de casi 10 cm. Logrando unos 55 aleteos por segundo, los colibríes tienen la sacudida del cuerpo más rápida entre vertebrados en el planeta. El aleteo dura una fracción de segundo, por lo que nunca se había podido percibir.

Repitiendo y grabando en vídeo estas acciones en condiciones controladas, se hace posible observar con más con cuidado, por ejemplo, cómo es que un ave inclina sus alas para reducir la marcha cuando está aterrizando o cómo inicia el vuelo. El laboratorio adquirió recientemente un sistema avanzado de medición de flujo que puede ayudar a elucidar cómo es que las aves manipulan la corriente de aire con sus alas durante sus maniobras. Y todo esto, a la larga, servirá para construir mejores robots.