El colesterol ni duele ni se nota. Este es una sustancia grasa que, en cantidades normales, resulta necesaria para el correcto funcionamiento del organismo y se transporta en la sangre. Existen dos tipos: el colesterol HDL o ‘colesterol bueno’ y el colesterol LDL o ‘colesterol malo’.
El ‘bueno’ se ocupa de recoger el colesterol sobrante de las células y expulsarlo del cuerpo, mientras que el ‘malo’ lleva el colesterol por nuestro cuerpo y lo deposita en los tejidos. Cuando el nivel del ‘malo’ se sitúa por encima de lo recomendado, el colesterol llega a los tejidos en mayor cantidad y se acumula en exceso en las paredes de las arterias.
Consejos para reducir el colesterol
Lo más recomendable es realizar ejercicio diario moderado: la ráctica de algún deporte o actividad física de forma regular aumenta la concentración de colesterol bueno en sangre.
Es importante seguir una dieta saludable, variada, equilibrada y baja en grasas saturadas: una mayor cantidad de verduras (2 raciones) y fruta (3 raciones) deben formar parte de tu alimentación diaria. Es bueno añadir o aumentar grasas saludables, ya que la ingesta de pescado azul y frutos secos proporciona grasas saludables a tu cuerpo.
Vigila el peso: es importante realizar un control periódico. Las personas con sobrepero presentan mayor tendencia a tener problemas de colesterol.
Asimismo, se recomienda consumir productos lácteos reductores de colesterol, que disminuyen sus niveles de forma rápida y efectiva. Debes tener en cuenta que con el colesterol no se juega y hay que tomárselo en serio. Las buenas intenciones no bastan.
Elena Moreno/ Diario Femenino