Protestas y huelgas dividen a sindicatos brasileños

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Los sindicatos brasileños ratificaron hoy la convocatoria a una jornada de “luchas” y “huelgas” para este jueves, aunque algunos piden apoyar al Gobierno y otros denuncian que la presidenta Dilma Rousseff “ha olvidado a los trabajadores”, EFE.

Las manifestaciones de mañana, con las que los sindicatos se proponen adherir a las protestas que estremecieron al país durante las tres últimas semanas de junio pasado y que perdieron fuerza desde entonces, serán un verdadero pulso entre las centrales obreras opositoras y las afines al Gobierno, que son las mayoritarias.





Aunque los principales sindicatos del país se han unido en la convocatoria, los objetivos que cada uno ha propuesto los divide y desvelan sus marcadas diferencias respecto al Gobierno.

La Central Única de Trabajadores (CUT), la mayor unión de sindicatos del país y controlada por el Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Rousseff, ya aclaró que las manifestaciones no pretenden ir contra el Ejecutivo.

En un comunicado, la CUT aclaró que no ha convocado a una “huelga general” para mañana, sino a una “jornada de luchas”, cuyo objetivo es presentar al Gobierno la “agenda de reivindicaciones” de la clase trabajadora “en el momento particular que vive la Nación”.

También ha advertido de que, en las manifestaciones ocurridas en el pasado junio, “se constató que la prensa, sectores conservadores y la derecha intentaron influir en favor de objetivos ajenos a los intereses de la inmensa mayoría del pueblo” que llevó a Rousseff y al PT al poder.

La “agenda de reivindicaciones” de la CUT, entre otros puntos, exige la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales y que se destine el 10 % del presupuesto nacional a la salud pública y un 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación.

Asimismo, reclama por los atrasos en la reforma agraria, pide apoyo a una propuesta del PT para acabar con los “monopolios en la prensa” y respalda el plebiscito propuesto por Rousseff para que se consulte a la población sobre una reforma política.

El propio PT ha instado a su militancia a sumarse a la “jornada de luchas” para respaldar a Rousseff y presentar propuestas que ayuden a “orientar” al Gobierno en su “propósito de servir a los intereses de los trabajadores”.

El secretario nacional de Movimientos Populares del PT, Renato Simões, pidió a los sindicatos y a la militancia del partido que se manifiesten en favor de las medidas que Rousseff ha adoptado para dotar a los brasileños de mejores servicios públicos, tal como lo reclamó la sociedad durante las protestas de junio.

“La presidenta ha tenido un papel extremadamente importante en los últimos días, ha ofrecido soluciones concretas para la salud, la educación y el transporte, y ha propuesto una reforma política” que “deben ser apoyadas por los trabajadores”, declaró Simões.

En la acera opositora, la central obrera Força Sindical respalda la mayoría de las propuestas de la CUT, pero además ha convocado a una “huelga general” para manifestar sus críticas al Gobierno y exigir la destitución del ministro de Hacienda, Guido Mantega.

“Vamos pedir la cabeza del ministro Mantega. Queremos un cambio radical en la política económica y un combate frontal a la inflación que corroe los salarios de los trabajadores”, declaró el presidente de Força Sindical, Paulo Pereira da Silva.

También criticó la adhesión del PT a las protestas y afirmó que quien apoya al Gobierno “está en contra de los trabajadores”.

La central Conlutas, dominada por grupos marxistas, también ha convocado a una “huelga general” y a protestar contra un Gobierno que “pone en primer lugar los intereses de los bancos, de las empresas multinacionales y del agronegocio, y ha olvidado a los trabajadores”.

José María de Almeida, coordinador de Conlutas y presidente del Partido Socialista Unido de los Trabajadores (PSTU), aseguró que la “huelga general” será respaldada por sindicatos del metro de Sao Paulo y gremios de metalúrgicos y petroleros, entre otros.