Santos y Maduro destacan la necesidad de trabajar juntos

El presidente de la República, Nicolás Maduro y su homólogo colombiano Juan Manuel Santos finalizaron su reunión bilateral, la cual duró dos horas aproximadamente.

Santos expresó que “me satisface enormemente haberme reunido con Maduro para seguir trabajando juntos por el bien de ambos pueblos. Vamos a abordar el tema de la seguridad, narcotráfico, contrabando, la energía eléctrica y comercio. Nos conviene trabajar juntos”.





El presidente colombiano agradeció a Maduro por la reunión entre ambos mandatarios.

Por su parte, Nicolás Maduro sostuvo que “hemos tenido una buena sesión de trabajo por ello le agradezco a Santos y Correa, al segundo por estar pendiente de la reunión”.

El Mandatario nacional acotó que la reunión fue importante “para trabajar juntos varios temas como los de la seguridad, contrabando, narcotráfico, respetándonos podemos llegar a una cooperación económica, política creciente”.

En este sentido, Maduro dijo que fue una reunión extraordinaria, por ello, “esperamos que los ministros pongan la agenda al día”. También, recordó que Santos y Chávez hicieron buenas relaciones.

Maduro le dice a Santos que “contribuiremos más temprano que tarde para que Colombia tenga paz”. Por otra parte, los cancilleres se reunirán el día dos de agosto, “para recuperar el tiempo perdido”.

Más Temprano
El presidente de la República, Nicolás Maduro, arribó este lunes, pasadas las 2:00 de la tarde, a Puerto Ayacucho, estado Amazonas, para sostener una reunión con su homólogo de Colombia, Juan Manuel Santos, quien llegó minutos más tarde.

Para Maduro este encuentro representa una oportunidad para la paz. “Hoy venimos a poner sobre la mesa la verdad entre Venezuela y Colombia”.

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Maduro y Santos cara a cara

En vísperas de la cita, Maduro aseguró que acudirá con “la mejor buena fe y voluntad” para “restablecer las reglas de juego”; y Santos dijo confiar en que se consolidará “una relación respetuosa y fructífera” entre vecinos.

El conflicto estalló cuando Santos recibió el 29 de mayo, en la sede de la Presidencia, a Capriles, ex candidato presidencial que desconoce la victoria de Maduro en las elecciones del 14 de abril, realizadas tras la muerte por cáncer del presidente Hugo Chávez.

El líder opositor inició en Bogotá una ofensiva en América Latina para denunciar que las elecciones que perdió por estrechos 1,49 puntos porcentuales, fueron -según él- “fraudulentas”, y buscar apoyo a su reclamo de nulidad.

“Ahora la derecha se fue a buscar a (el dictador Augusto) Pinochet (1973-90)”, aseguró Maduro, sobre el viaje a Chile del opositor, quien fue recibido el viernes por el presidente Sebastián Piñera, aunque no en el palacio presidencial.

El encuentro en Bogotá provocó la furiosa reacción del gobierno de Maduro, quien acusó a Santos de “romper las reglas del juego”, meter “una puñalada a Venezuela por la espalda” y prestarse “a la conspiración” contra la estabilidad de su país.

Venezuela anunció incluso que revaluaría su papel como acompañante del proceso de paz que el gobierno de Santos adelanta desde noviembre con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba; aunque luego lo reconsideró y continuó el apoyo.

El canciller venezolano, Elías Jaua, afirmó el domingo que las diferencias surgieron porque “no se respetaron los procesos políticos internos”, pero dijo esperar un diálogo claro y respetuoso sobre los temas que molestaron a Venezuela y “se puedan superar y restablecer las relaciones”.

Pero para la analista Beatriz de Majo, de la Universidad Central de Venezuela, el disgusto sentó un precedente y podrían volver las tensiones. “Para las galerías habrá un apretón de manos tras la trifulca, pero será más de lo mismo. Se seguirán dando la espalda por razones ideológicas”, opinó.

Una relación tirante

La conversación, primera bilateral desde que Maduro asumió la Presidencia, volverá las aguas a nivel entre dos vecinos que comparten miles de emigrantes. Con Santos, Colombia y Venezuela habían logrado una convivencia tras años de tensiones entre Chávez y el ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010).

Bajo la presidencia de Uribe, Bogotá acusó constantemente a Caracas de amparar a las FARC, lo que llevó a la ruptura de relaciones en julio de 2010.

Un mes después de asumir, Santos, ministro de Uribe pero de corte pragmático, impulsó el restablecimiento de los nexos diplomáticos y comerciales con Venezuela, pero las relaciones quedaron lastimadas.

El intercambio comercial, que en 2008 había alcanzado el récord de 7.000 millones de dólares, cayó a 1.700 millones de dólares en 2010 y actualmente ronda los 2.200 millones de dólares.

“Detrás de lo económico está lo político. Y es un error de Venezuela porque Colombia, un país productor, podría solucionarle a Venezuela, altamente importador, los problemas de abastecimiento”, opinó De Majo.

Uribe no ha escatimado críticas a su sucesor por su acercamiento con Caracas. “El presidente Santos valida el resultado electoral fraudulento de Venezuela (…) y el gobierno de Maduro mantiene a las FARC sentada en la mesa de negociación”, dijo el viernes al portal noticioso Minuto30.com.

El gobierno venezolano sostiene que Capriles, que lo acusa de “cómplice” de grupos armados colombianos, y otros dirigentes de la oposición venezolana fraguan desde Bogotá, con la ayuda de políticos como Uribe, una “conspiración”.

José Vicente Rangel, exvicepresidente y exministro de Defensa de Chávez, reiteró el domingo que la oposición venezolana compró aviones en Estados Unidos, “unidades piratas”, para utilizarlos desde Colombia contra Venezuela. “El tema seguro será tatado en la reunión”, afirmó.

En Puerto Ayacucho, una ciudad de 100.000 habitantes, muchos de ellos colombianos, los presidentes también abordarán problemas que comparten ambos países en sus 2.219 km de frontera, porosa para el narcotráfico y el contrabando.