Eliana, la primera víctima de las pirañas en hacer pública su experiencia (Foto)

Eliana, la primera víctima de las pirañas en hacer pública su experiencia (Foto)

Eliana Leal, la primera víctima de las pirañas en hacer pública su experiencia, no se miró al espejo durante 15 días. (Foto: José Nava / Cortesía)

El robo de cabello no es un delito en la legislación venezolana. El Estado nunca lo tipificó como tal (por novedoso, se deduce) ni las víctimas lo denuncian ante las autoridades. El juego, entonces,  está trancado para los ciudadanos y la mesa servida para que las pirañas operen a su voluntad. Solo necesitan astucia y un par de tijeras, en el menos bárbaro de los casos, publica La Verdad.

Las vías legales llegan tan lejos como la formalidad lo permite. Y esa ausencia de elementos formales es la ventaja de los ladrones. A simple vista se trata de otro crimen más, tan punible como una puñalada.

El criminólogo Luis Izquiel, de hecho, asegura que estamos ante lo que puede calificarse como robo o lesión, ambos contemplados en el Código Penal.

“El código no habla del robo de una franela o de una cámara fotográfica, se refiere al hurto de bien que no especifica, pero sí lo define como un delito. También hay quienes hablan de una lesión. Cuando tú le quitas el pelo a una mujer hay una lesión”.

El deber policial

La función de la Policía es atrapar al maleante, no tipificar el delito. Izquiel, quien es abogado penalista, explica que esa atribución es de fiscales y jueces. “Los policías no son abogados”.

De modo que el argumento de la “novedad del delito” no excusaría a los cuerpos de seguridad para no actuar, como tampoco la falta de denuncias de las víctimas que esgrimió en una rueda de prensa Jairo Ramírez, secretario de Seguridad y Orden Público del Zulia: “Hacemos un llamado a la gente a que haga una denuncia oportuna que nos permita elementos para trabajarlo”.

Ese mismo razonamiento lo expuso Alejandro Querales, director de Polimaracaibo. Pero Izquiel los rebate por igual: “El robo de cabello es un delito de acción pública, y por lo tanto no es necesario que haya denuncias para que la Policía actúe. Es lo que antes se conocía como noticia criminis. Pareciera que no quieren hacer nada”.

Hurto de identidad

Eliana Leal, una de las víctimas de las “pirañas” y la primera en hacer público su caso, relató que tras el robo de su cabellera no se miró al espejo durante 15 días.

Al día siguiente de la agresión fue al trabajo y muchos de sus compañeros y de las personas que trataba a diario no la reconocieron. La sensación de extrañamiento fue inclemente: “Los proveedores, cuando me veían, no sabían quién era yo”.

El cabello largo reafirma la identidad sexual de la mujer en nuestra cultura, “al igual que las demás características fenotípicas (externas) propias del sexo”, explica Ángel Nava, psicólogo clínico egresado de la Universidad Rafael Urdaneta (URU).

“A través de la historia, el cabello largo ha sido un símbolo distintivo importante que, además de la sexualidad, se identifica con lo sensual”.

Si en el marco referencial del hombre la longitud de la melena y la feminidad son inseparables, el corte abrupto podría convertir a la mujer menos deseable. “El atractivo está relacionado con la representación simbólica del cabello para esa persona, tanto hombre como mujer”.

No es juego

Los chistes que circulan en mensajes de texto y redes sociales acerca del robo del cabello, incluso de autoría femenina, esconde -más bien ignora- la herida emocional que acarrean las víctimas.

El despojo de la cabellera, añade Nava, podría constituir “una lesión tan grave como cualquier delito vinculado con la sexualidad, como una violación, tomando en cuenta que lo robado no es un objeto material, sino que forma parte del cuerpo, identidad y autoconcepto” que las mujeres tienen de sí mismas.

Las implicaciones del delito de moda no se agotan en la estética ni la sexualidad, puesto que el pelo -recuerda el psicólogo clínico- también sirve de protección contra el sol. Un individuo de cabello abundante sobrellevará mejor un día asoleado en el casco central de Maracaibo que otro que sufra de alopecia, quien deberá aplicarse una generosa porción de protector o usar gorra si no quiere sufrir severas quemaduras en su cabeza.

Habló Maduro

Para el presidente Nicolás Maduro el robo de cabello es “detestable” y le ordenó al Cicpc investigar quiénes conforman la banda de las “pirañas”. “¿Qué agresión es esa? Las muchachas son sagradas y ustedes en el Ministerio de Interiores, Justicia y Paz, a corto plazo, tienen que garantizarme que esas mafias sean identificadas y las capturemos”.

El jefe de Estado no dudó en afirmar que se trata de una “guerra psicológica” que se inventó en el Zulia y prometió “mostrar cosas” en las próximas semanas. “No sé cómo llamarlo, usted que está involucrado, que sea parte de estos grupos, los vamos a castigar”.

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