Déficit de los servicios de radioterapia dispara las alarmas

Déficit de los servicios de radioterapia dispara las alarmas

Foto de referencia

Marina García tiene 62 años de edad y fue operada de cáncer en el cuello uterino el año pasado. Desde hace 3 semanas acude casi a diario al Hospital Domingo Luciani de El Llanito, en Caracas, para saber si los equipos de radioterapia de la institución funcionan. La respuesta que ha encontrado ha sido la misma: no. “Mi oncólogo me ordenó 10 sesiones para concluir el tratamiento. Hubiera podido terminar, pero no ha sido posible porque los aparatos no funcionan. Así cualquiera se muere”, dice, como si la vida se le escapara en una queja.

La situación del centro de salud capitalino no es excepcional en Venezuela y afecta a miles de pacientes que sufren de cáncer, la segunda causa de muerte en el país. El déficit de los servicios de radioterapia dispara las alarmas en todas partes. Cuatro instituciones públicas y privadas adelantaron este año estudios sobre el funcionamiento de la red oncológica estatal. A pesar de que las investigaciones se realizaron con procedimientos y métodos de cálculo distintos, las conclusiones pueden resumirse en una frase: entre la cuarta parte y la mitad de los equipos están dañados, inoperativos o tienen fallas, lo que hace que casi todos los centros de radioterapia estén inactivos.

Los diagnósticos fueron realizados por la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional, la Sociedad Venezolana de Oncología y de Radioterapia Oncológica, el Centro de Estudios para el Desarrollo de la UCV y un grupo independiente constituido por 4 expertos: 2 oncólogos y 2 físicos médicos. Todos pusieron especial atención a las 19 salas de radioterapia en 15 estados, que fueron dotadas gracias al convenio firmado en 2004 entre el gobierno de Venezuela y dos proveedores argentinos: la filial de la multinacional Phillips con sede en Buenos Aires y la empresa pública Invap, corporación establecida en la ciudad de Bariloche, la cual no sólo aportó equipos de fabricación propia sino que revendió otros adquiridos a lafabricante sueca Elekta.





Para leer más El Nacional