Estimar el tiempo aproximado de vida que le resta a una persona podría estar al alcance de todos en unos años gracias a las investigaciones de dos científicos que han desarrollado una prueba de mortalidad a través de un láser.
El dispositivo presentado, similar a un reloj, irradia sin causar ninguna molestia un rayo láser a la superficie de la piel, que analiza las células endoteliales de los vasos sanguíneos más pequeños, que responden a la actividad más compleja de nuestro cuerpo.
Los artífices de este invento, Aneta Stefanovska y Peter McClintock, profesores de física de la Universidad de Lancaster, Reino Unido, aseguran que mediante la medición de las oscilaciones dentro de las células, el láser no sólo es capaz de establecer la duración prevista de la vida sino que también podría detectar la posibilidad de contraer varias enfermedades, incluyendo el cáncer.
Una vez que la persona se ha sometido a la prueba, el dispositivo muestra un resultado que oscila del 0 a 100. Cuanto más alta resulta la cifra que aparece en la pantalla, más años de vida le restan al individuo analizado.
Los dos investigadores consideran que esta técnica constituye una oportunidad ideal para mejorar el estilo de vida de los pacientes, aunque también admiten que muchos podrían adoptar una actitud fatalista.
Probado en más de 200 personas
Hasta ahora en Reino Unido se han realizado experimentos con más de 200 personas, poniéndose de relevancia cómo algunos sujetos habían envejecido mucho más rápido o lento de lo normal, atiendo a sus costumbres de vida.
A medida que avancen los experimentos y las investigaciones, podría afinarse la precisión del aparato y en un año, esperan tener una versión en miniatura del que utilizan en la actualidad para sacarlo a la venta, por un precio aproximado de 200 euros.
“No dentro de mucho tiempo podremos lanzar un dispositivo para particulares que les concienciará de la necesidad de cambiar muchos hábitos, para conseguir un estilo de vida más saludable. Espero que elaboremos una base de datos más amplia, para que el organismo de cada persona pueda contrastarse con ella. Entonces estaremos en condiciones de decirles el número de años exacto que les quedan de vida” comenta Stefanovska, la líder del proyecto.
Este dispositivo también podría empezar a utilizarse en las consultas médicas para comparar la edad real del paciente, con la que le atribuiría el aparato en función de su salud. «Todo aquello que se haga para mejorar la salud es bienvenido. Si a alguien se le informa que está envejeciendo demasiado rápido seguro que hará algo al respecto», comenta McClintock.