Siete turistas romanos han sido los últimos en caer en la trampa. Y en su propio país, en la mítica plaza San Marco de Venecia. Según explica el diario «La Nuova di Venezia» este grupo pasó por alto el cartel con la lista de precios que se exhibía en la puerta del Café Lavena de Venecia y pidieron cuatro cafés y tres bebidas alcohólicas. Y fue amargo. El ticket llego con dos ceros: 100,20 euros, 58 por lo consumido y 42 euros por el «ambiente musical» del local. Seis euros por tres de los cafés, 4,20 por otro, un «Jagermeister» por 10 euros y dos vasos de licor amargo por 20 euros.
Los encargados del café se escudaron diciendo que estaban avisados: la lista de precios es accesible para todos a la entrada del establecimiento. «Cuando la gente se sienta», explican, «siempre se les notifica que hay un cargo extra por la música».
Su historia ha desatado una enorme polémica en las redes sociales italianas, que consideran abusivos los precios que hay que pagar en los puntos más turísticos de su país. Otros (los menos) entienden que este es simplemente el precio que hay que pagar por disfrutar de un lugar único.