Cinco malos hábitos que dañan nuestra espalda

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– Sin duda alguna, levantar objetos del suelo sin flexionar las rodillas es una acción frecuente que nos genera un movimiento de basculación del cinturón lumbar acercando los cuerpos vertebrales y predisponiéndonos para pinzar un nervio o afectar el disco, porque reducimos los espacios entre las vértebras en esta acción. Creemos que tenemos que tener cuidado si levantamos algo pesado, cuando en realidad es la acción la que nos puede dañar; levantar un papel puede generar lo mismo: un dolor intenso en toda la zona lumbar que nos abraza desde la cintura y puede irradiar hacia las piernas.

Dormir de manera inadecuada es otro factor sumamente importante. La postura ideal para dormir es de costado con una ligera flexión de ambas rodillas, lo que se conoce como posición fetal. Nunca boca abajo, ya que las curvas se acentúan, hay que girar la cabeza hacia un costado para respirar, y todo esto genera, por las horas que pasamos durmiendo, una tensión estructural importante. También hay que tener en cuenta el tipo de colchón, almohada, etc., que cobra relevancia si se piensa que pasamos un cuarto de nuestra vida durmiendo. Un colchón no debería ser usado más de ocho años, y una almohada no más de dos.

El sedentarismo es otro gran culpable de los dolores de espalda. Las actividades laborales y hogareñas cada día más nos obligan a movernos menos; esto, sumado a la alimentación de baja calidad, rápida, etc., nos arruina lentamente. Hay que moverse.





– En los niños, sobre todo en etapa escolar, las mochilas suelen ser un factor que afecta desde edades tempranas la postura. Sucede que llevan demasiado peso para estructuras en desarrollo. Según estudios de la OMS, el peso de las mochilas no debería exceder el 10% del peso corporal. Y los carritos, que parecerían ser la solución, lo que lograrán es trasladar un peso que estaba sobre toda la espalda, cuando nos colgamos las mochilas hacia un lateral.

La postura durante las horas de trabajo para quienes trabajan frente al monitor es otro punto crucial. Tener sillones ergonómicos y escritorios que también lo sean ayudará a tener un ambiente más amigable con nuestra postura, pero también nosotros tendremos que prestarle atención a la disposición de nuestra computadora, esto es, si el monitor está muy alto o bajo (tiene que estar frente a nosotros a la altura de nuestra vista), debemos trabajar con nuestro antebrazo apoyado en el escritorio y no con él suelto, y cuando doblamos la muñeca para manejar el mouse todo el peso lo soporta el cuello, así nos contracturamos y generamos dolores de muñeca.

Además, cada hora conviene levantarse de la silla y caminar brevemente, ya que esto mejora nuestro retorno venoso y no deja que la tensión se acumule.

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