¿Quieres mejorar tu vida sexual? ¡Conoce tu cuerpo!

Numerosos expertos y conocedores de la sexología entienden el sexo como un amplio abanico de posibilidades donde todo lo erótico, absolutamente todo, tiene cabida. Por ello, insisten en enfocar nuestra sexualidad no sólo en base a sensaciones y pensamientos, sino también prestando atención a nuestro cuerpo y a sus respuestas fisiológicas.

¿Si aprendo a trabajar con mi cuerpo puedo tener una mejor respuesta sexual?, se pregunta la médico y experta en sexología, Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona y vicepresidenta de la Federación Española de Sexología (FESS). Y su propia respuesta es contundente. “Podemos trabajar nuestra sexualidad fisiológica a través del cuerpo y darle la dimensión erótica que permita mejorar nuestra sexualidad. Cambiando nuestra actitud corporal podemos cambiar el resultado de nuestra percepción y sensaciones sexuales”.





La sexualidad, afirma, es la estructuración de la persona a lo largo de su ciclo vital, pero el abordaje de la sexualidad humana y de la respuesta sexual se ha de realizar desde un punto de vista integral, es decir, como una unión de varios elementos, donde el cuerpo y la mente formen una unidad funcional. “Los pensamientos tienen una influencia evidente en las manifestaciones corporales, pero también la tiene el cuerpo, sus movimientos y su actitud, ya que éstos tienen una influencia directa en las percepciones y en los pensamientos”, sostiene la experta.
Una capacidad desatendida

Así y desde el punto de vista de la sexología clínica, se mantiene que los problemas psicológicos, de relación y educacionales pueden generar trastornos sexuales, pero a veces, advierte, se infravalora el papel del cuerpo, su lenguaje corporal y el aprendizaje de las respuestas fisiológicas, que sin duda también tienen un papel fundamental en los trastornos sexuales.

“Los movimientos del cuerpo, las sensaciones visibles y fisiológicas también determinan nuestra sexualidad. El cuerpo y la manera física de excitarse influyen directamente en las experiencias sexuales, así como en la manera de entender la sexualidad y en la creación de las fantasías. Por ello, se ha de estar atento a no psicopatologizar en exceso, de la misma manera que en ocasiones se medicaliza en exceso”, asegura.

Pero sin duda, esta falta de atención a la erótica y a nuestro cuerpo ha sido así porque “la sexualidad es la capacidad humana que posiblemente ha estado más desatendida en su proceso de desarrollo, por padres, educadores y por la sociedad en general”, lamenta Molero.

En la sexualidad humana, explica, son muy importantes el placer sexual, el deseo, la atracción, la intensidad emocional, los conocimientos, los valores, las ideologías, pero en cambio las habilidades de seducción, la comunicación y la competencia erótica, los componentes fisiológicos de la respuesta sexual y la manera física de conseguirla parecen estar en un segundo plano. Y en cambio, la experiencia clínica y científica nos dice que los trastornos sexuales también están relacionados con aquellos problemas de aprendizaje sexual fisiológico y genital.

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