Laureano Márquez: Telepatía

El término viene del griego tle, “lejos”, y pathéein, “sufrir, experimentar”. Uno de los viejos sueños del ser humano es el de conectar un cerebro con otro para transmitir pensamientos, ideas, e incluso órdenes a distancia. Hasta hace poco tiempo estos postulados entraban en el campo de lo paranormal y no eran aceptadas por la comunidad científica, pero eso cambió esta semana por culpa de un grupo de investigadores -irresponsables desde el punto de vista de quien esto escribe- que llevan tiempo trabajando en el tema, ignorantes, porque viven en el mundo desarrollado acostumbrado a la verdad, de los daños que pueden causar en nuestras sociedades, donde la sinceridad brilla por su ausencia y donde sería una tragedia para todos que un extraño se metiera en nuestro cerebro.

Hace dos días, dos investigadores de la ciudad de Washington (¡tenía que ser!) conectaron sus mentes por medio de una “interfaz cerebral no invasiva” y uno de ellos pudo ordenarle al otro una acción con solo pensarlo. Según señala la información, el investigador Rajesh Rao fue capaz de indicarle a su compañero Andrea Stocco cuándo debía disparar un cañón dentro de un videojuego, utilizando su mente (que no se entere Obama). Parece que Rao imaginó que usaba su mano derecha y su compañero la usó. Esto se produce según los estudiosos porque existe algo que se denomina estimulación magnética transcraneal.





Cuando esta nueva tecnología llegue a Venezuela, viviremos una auténtica conmoción nacional: solo imagínense ustedes a los grandes aliados conociendo lo que en verdad cada uno piensa del otro, más allá de lo que declaran públicamente.

Debe ser de antología una sesión de nuestra Asamblea Nacional en la que podamos leer el pensamiento de cada diputado mientras intervienen, estoy seguro de que nos llevaríamos muchas sorpresas de lado y lado.

Yo creo que este servidor ya tiene activada esta estimulación magnética transcraneal, porque estoy adivinando desde ya lo que muchos lectores masculinos están pensando en estos momentos en relación con la posibilidad de que esta peligrosa arma caiga en poder de sus respectivas esposas y ellas, a la distancia, desde cualquier lugar remoto en el que se encuentre usted, pueda leer su mente y ver lo que usted está viendo. Solo pensarlo es escalofriante, pero no se inquiete por eso, ya lo hacen, el cerebro de la mujeres de Venezuela ya tiene conexiones inalámbricas, y si no han entrado en su cerebro es porque no conocen el código de acceso, porque según los estudiosos existe una especie de clave de bloqueo que si uno no lo permite, no puede entrar otra mente.

Con lo desmemoriados que somos por estos lados, es preocupante que se le olvide a uno el propio código y no pueda entrar uno de nuevo en su intimidad cerebral y terminemos todos creyendo que aquello que decimos de nosotros mismos es verdad, como sucede en las altas esferas de todo poder.

La comunicación cerebro a cerebro es lo que nos viene en el futuro. Lástima por todos los que perdieron sus reales comprando celulares de última generación. En esta Venezuela, tan avanzada siempre en nuevas tecnologías, tendrá el gobierno que prohibir ya no solo la expresión, sino el pensamiento mismo, cuando lleguen esos adelantos y eso sí que les será difícil. Seguro más de uno, así como tiene dos teléfonos, tendrá dos sistemas de pensamientos separados para que el bolsillo chavista no se vaya a conectar con el cerebro opositor. Por lo demás, en cuanto a los gobernantes respecta, en esta tierra donde todos sabemos cómo se bate el cobre, el nuevo sistema no presenta mayor desventaja porque ellos saben que uno sabe lo que verdaderamente piensan y, sobre todo, lo que piensan de nosotros.