¿Venezuela exporta periodistas o exilia políticos?

¿Venezuela exporta periodistas o exilia políticos?

Nos vamos acostumbrando a las despedidas forzadas, a los reportajes sin conclusión, a la huida impuesta, a la muerte del medio y al silencio de la voz nuestra y de otros.

Por María Gabriela Ibáñez





El periodista Alberto Rodriguez Palencia se despidió de Venezuela sin quererlo, sin Sexto Poder y sin tinta para contar. Rodríguez Palencia es hoy un exiliado político, con el sello de Nicolás Maduro Moros, presidente constitucional de la Venezuela que rechaza los desplazados, exiliados y la violación de los Derechos Humanos.

Alberto Rodriguez Palencia, periodista y Director General del Diario Sexto Poder, cuenta tan solo con 23 años de edad. La vida apenas le comienza en el ámbito profesional y ya es un exiliado político. Los sueños de crecer en casa se han esfumado.

https://soundcloud.com/radionetherlands/rodr-guez-palencia-solicita

¿Quién protege a los jóvenes en este país, a su talante investigativo, a sus ganas de construir una nación con principios y ética renovada? ¿Es que acaso la segunda nación más joven del continente americano, no permite que sus jóvenes se desarrollen adversos a la ideología del gobierno?

Rodriguez Palencia estaba al mando editorial de Sexto Poder, cuando el diario publicó una investigación sobre Las Grandes Fortunas de la Revolución, en el que se evidenciaron las cuentas de “boliburgueses” capaces de comprar medios de comunicación como la televisora de noticias de tendencia opositora, Globovisión; el circuito radial del mismo corte, FM Center y la Cadena Capriles, de medios impresos y plataformas multimedios.

Los testaferros del gobierno y sus intenciones de silenciar a los medios de comunicación quedaron al descubierto y eso tuvo un precio: ¡La Libertad!

https://soundcloud.com/radionetherlands/rodr-guez-palencia-clama-por

Leocenis García, Presidente Editor del Grupo Sexto Poder, junto con su equipo de trabajo, se negó siempre a una compra fraudulenta del medio y a ceder en sus políticas editoriales. Poco a poco su persona, así como los distintos periodistas fueron, sufriendo los embates de un Estado poderoso: persecuciones, amenazas y hasta crímenes adosados, fueron parte del plan de acción que conllevó, finalmente en 48 horas, el cierre del medio.

Leocenis, dejó de ser periodista y sería juzgado por Legitimación de Capitales Ilícitos, así como Rodriguez Palencia a quien se le vinculaba.

La huelga de hambre no se hizo esperar y -para variar-, la Organización de Estados Americanos (OEA) nunca se pronunció. Leocenis está detenido y en franco estado de gravedad, al continuar su huelga de hambre (25 días) en el Hospital Militar de Caracas. Allí murió también, por cierto, a consecuencia de una huelga de hambre, el productor agrario Franklin Brito, a quien ya nadie recuerda, salvo como el tonto “demente” -calificado así por médicos militares- que quiso doblegar a Hugo Chávez por unos “pedacitos de tierra”.

Desempleados y extraviados

“Tuve que salir de emergencia de Venezuela… por la falta de garantías a un proceso justo y a mi libertad…por la posible orden de detención en mi contra como director de este medio”, comentó Alberto Rodríguez Palencia.

Temo por la mala memoria de este país, por las historias repetidas que incluyen a un Leocenis García aislado en el hospital militar.

Palencia tiene el estatus de un ciudadano venezolano. Llegó a Estados Unidos para pedir al gobierno norteamericano que analice su caso. Pide que se le den medidas de protección y seguridad que Venezuela no puede ofrecerle, al ser un perseguido político.

Las cortes federales tendrán que decidir y entre tanto muchos otros periodistas de medios independientes, seguirán el mismo camino: la fuga geográfica.

El ejercicio del periodismo se ha tornado muy difícil en Venezuela. Rodriguez Palencia es de la última generación del oficio, y tendrá que encontrarse con dos generaciones en el exilio, decididos a dejar el país por cierres de medios como Radio Caracas Televisión; o camadas muy críticas que optaron por irse, antes de ser enjuiciadas o maltratadas en canales “pseudo estatizados”, como Globovisión.

Mientras despegan las balsas de aire, y queda el silencio del Alberto ausente, temo por la mala memoria de este país, por las historias repetidas que incluyen a un Leocenis García aislado en el hospital militar, y de quien ya empiezan los rumores de demencia. Temo a las mismas estrategias, y más cuando el Dragón Rojo no da señales de buena salud, sacudiendo su cola, hasta la muerte del adversario.

Rodríguez Palencia comentó que no habrán ventanas para la libertad de expresión si los medios digitales empiezan a ser reprimidos: estamos a milímetros de que ello ocurra.

Venezuela va ganando un sitial importante en la exportación de recursos no petroleros, miles de Venezolanos que se refugian en distintos países en búsqueda de seguridad e integridad, avizorando este panorama. ¿Qué será de los recién egresados comunicadores sociales?

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