Sabaneta es el karma de quienes viven cerca

Sabaneta es el karma de quienes viven cerca

Los residentes del barrio San Pedro, que circunda la Cárcel Nacional de Maracaibo, se niegan a declarar. Temen que los líderes criminales de Sabaneta, principalmente Edwin Soto (30), alias el “Mocho Edwin”, arremetan contra ellos y sus familias. “No hablo porque en la cárcel se sabe todo lo que pasa en el barrio”, aseguró una vecina, de 55 años, publica La Verdad.

Por Ana Karolina Mendoza / Maracaibo / [email protected]

Los familiares de los presos se aglomeraban ayer desde la mañana a unos 20 metros del cerco de ciclón, para que los uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) no los agredieran. “Están en guardia. Tienen los fusiles monta’os”, destacó la pareja de un recluso de Procemil (Procesados Militares).





En los barrios San Pedro, Libertad, Los Estanques y en La urbanización Lago azul no escuchan disparos desde el lunes a las 11.00 de la noche, cuando el “Mocho Edwin” junto con su ejército personal le dio de baja al “Ric”, pram de Patio, a su dos hermanos -miembros de su ‘carro’- y otros 13 internos de esa área.

Pero no se asombran de que se suscite otra balacera. Ya están acostumbrados. Los domingos, desde mediodía hasta la medianoche oyen las detonaciones. Y durante la semana, también. Aún así instan a la ministra de Asuntos Penitenciario, Iris Varela, a mudar Sabaneta de la parroquia Manuel Dagnino.

Luego de cada tiroteo los vecinos recogen los proyectiles percutidos que caen en los patios, estacionamientos o en el peor de los casos atraviesan los techos de zinc, y aterrizan en el piso, en el lavaplatos o en las camas. Cada semana, al menos una persona resulta lesionada por las balas perdidas provenientes de cárcel  según los reportes del Hospital General del Sur y de los Centros de Diagnósticos Integrales de la zona.

Veinte residentes de los alrededores de Sabaneta presentan a La Verdad sus denuncias por tener cerca La Modelo.

 

– Cira de Hernández. Ama de casa. Barrio Libertad. “Yo me escondo cuando hacen muchos tiros en la cárcel. Me resguardo con mis hijos y mis nietos. Estoy muy asustada y nerviosa. Tienen que cambiarla de ahí. Todos estamos en peligro”.

– Jairo Vizcaíno. Comerciante. Lago Azul. “La situación de la cárcel y los peligros que genera en la comunidad los puede evitar el Gobierno, pero sacando a todo el personal viciado y metiendo gente que ponga orden”.

– Francisco Leal. Estudiante. Barrio El Calvario. “El tiroteo del lunes fue horrible. Aunque ya no es novedad que hagan tiros en la cárcel. Siempre hacen alboroto. Todas las noches escucho disparo tras disparo o ráfagas”.

– Aiskel Briceño. Estudiante. Barrio El Calvario. “Si los delincuentes están en la cárcel debería haber más seguridad afuera. Y si la Guardia está ahí, debe haber vigilancia adentro. Pero como eso no se cumple, los afectados somos los que vivimos alrededor”.

– Hilda Daboín. Ama de casa. El Varillal. “Sabaneta deben sacarla de ahí. Los alrededores ya están muy poblados. Las balas han llegado a mi edificio. En las paredes de arriba están los huecos”.

Carlos Bermúdez. Comerciante. Terrazas de Sabaneta. “Que no hay prames. Eso no se lo cree nadie. El Gobierno debe acabar con esas mafias que perjudican a los que hacemos vida cerca de Sabaneta. Vivimos en zozobra”.

– Jennifer Flores. Comerciante. Lomas del Guayabal. “Las balaceras de la cárcel son horribles. Hace dos semanas, una bala traspasó el techo de mi casa y me cayó en el lavaplatos, mientras le preparaba el tetero a mi bebé, de un año”.

– Eliberto Villalobos. Supervisor de mantenimiento. Lago Azul. “La tirazón en la cárcel es todos los días. Ya es normal. Tienen que sacar Sabaneta de donde está. No solo son las balas, sino la droga, las extorsiones, los secuestros y todos los delitos que planifican desde ahí”.

– Herminia Vargas. Contador Público. La Chamarreta. “Por mi casa se escuchan los tiros, pero son todos los días. A una señora mayor, que hacía bailoterapia en la cancha de la urbanización, se le incrustó en el pie una bala perdida”.

– Herminely Vargas. Estudiante. Lago Azul. “No deberían permitir que los presos armen los motines cada vez que les dé la gana. No me explico cómo los presos tienen todas esas armas que debería tener solamente la Fuerza Armada”.

– Jackson García. Tripulante de cabina. La Misión. “Siempre escucho los tiros de la cárcel. En mi casa, en la cocina, cayó una bala el lunes en la noche. Mi mamá se mantiene sola. cada vez que hay un tiroteo se pone muy nerviosa”.

– Luis González. Estudiante. El Varillal. “Ya estamos acostumbrados a los tiroteos. Insto a la ministra (Iris Varela) a que saque al director. No puede ser que hasta en las discotecas uno se tenga que cuidar de los prames. Porque ellos rumbean afuera, los he visto”.

– Oscar Ruiz. Comerciante. 19 de Abril. “Los tiroteos en la cárcel pueden provocar una tragedia. Las balas no preguntan quién es quién, matan y punto. Ayer -el lunes- cayeron dos balas frente a mi negocio -en la estación El Guayabal del Metro-“.

– Alexander Rincón. Transportista. Lago Azul. “En mi apartamento se escuchan los tiros como si fueran en el estacionamiento. Los tiros son a cada rato: los domingos en la mañana y todas las noches durante la semana”.

– Herily Morán. Estudiante. Lago Azul. “Fue horrible el tiroteo del lunes. Yo llegué corriendo a mi casa y me encerré. Pensé que podía llegarme una bala perdida. Mi mamá ha barrido balas en el frente y chocan en las rejas”.

– Danila Reyes. Docente. El Calvario. “La gente que vive cerca de la cárcel no tiene vida. Cada vez que hay tiros nos tenemos que esconder. Vivimos asustados. El año pasado a una vecina la mató una bala perdida. Le llegó al corazón”.

– Édward Rubio. Transportista. Lago Azul. “En Sabaneta mandan los presos y para nadie es un secreto. El Gobierno y la ministra (Varela) tienen que ponerse las pilas, tienen que intervenirla. No puede ser que los presos dominen hasta a los guardias”.

– Miguel Gutiérrez. Comerciante. Altos de la Venega. “Tienen que remediar esos motines en Sabaneta. El lunes en la tarde cayó una bala fría de FAL en el estacionamiento del edificio”.

– Oswaldo Caridad. Enfermero. La Chamarreta. “Por mi casa se escuchan apenas los tiros, pero sí he sabido de gente a las que le ha caído balas perdidas. Sabaneta es un karma pa’ quienes viven cerca”.

– Milagros Lahmann. Estudiante. Lago Azul. “¿Hasta cuándo vamos a vivir en zozobra cada vez que hacen tiros en la cárcel. Mi familia y yo nos ponemos muy nerviosos. Cerramos los ventanales, pero nos dan miedo las balas frías. Tenemos un niño, de dos años”.