Elías Sayegh: Presencia institucional para generar seguridad integral

Elías Sayegh: Presencia institucional para generar seguridad integral

La ausencia del Estado de sus áreas naturales de influencia, provoca el desorden y alienta el caos político y social, por eso es tan importante no abandonar el territorio, las ciudades, el campo, las instituciones y las organizaciones sociales, pues ello evitaría que en esos espacios se pierda el control de los diferentes niveles de gobierno que son los que garantizan la paz social, la gobernabilidad y el progreso económico. Cuando el gobierno pierde la capacidad de controlar las cárceles, porque ha pactado un cogobieno de los recintos carcelarios con los pranes, ocurren las masacres que vemos cotidianamente reseñadas en los medios de comunicación, hechos condenados firmemente por los organismos internacionales de derechos humanos como Human Right Watch.

En otros casos la presencia excesiva del Estado en áreas que no son de su competencia, como en el caso de la cadena productiva, lo que logra el intervencionismo estatal es el efecto contrario al deseado. Así tenemos que la respuesta a 15 años de interferencia gubernamental en la actividad económica, ha obrado el milagro de tener una inflación anualizada en alimentos de 60%, un nivel de desabastecimiento de productos de la cesta básica de 21% y un precio del dólar que multiplica por 7 el valor de referencia oficial. Las políticas erradas tarde o temprano se pagan caro, y ahora es tarde con relación a la electricidad. Luego de anunciar desde 2008 inversiones millonarias, un ministerio ad-hoc, varios planes, emergencias decretadas y el rimbombante “Estado Mayor Eléctrico”, no se ha impedido el caos de los apagones, programados o no, que padecen los venezolanos de provincia.





En materia de inseguridad la incompetencia, junto con la indiferencia y una evidente política de no agresión a la delincuencia, por confundir erradamente a estos grupos de indeseables con el sector social de los desposeídos, nos llevó a tener los índices de criminalidad más altos del orbe. De manera que tenemos varias modalidades en que el Estado se ausenta, se entromete o equivoca el diagnóstico, que hacen que las políticas públicas sean inefectivas y no solucionen los problemas de la gente. El Hatillo está entre los municipios de Venezuela que padecen una ausencia del gobierno local, un perjuicio del Poder Público Nacional al negarle el situado constitucional que le corresponde y un acoso institucional cuando el Seniat cierra nuestros negocios arbitrariamente.

Es relativamente sencillo lograr presencia institucional en los predios hatillanos, para ello es necesaria la voluntad política del equipo que aceda al poder en el municipio. Iluminar las calles y avenidas obscuras se puede lograr aún contra la voluntad del gobierno central, si nos unimos vecinos y alcaldía, tal como lo hacen los residentes de El Calvario, que iluminan ellos mismos sus veredas. Sacar más policías a la calle, es posible si quitamos espalderos y reducimos carga administrativa de los policías de escritorio. Señalizar las calles, pintar los brocales, colocar semáforos inteligentes, recoger la basura, lavar las calles y aceras, cortar la maleza, arreglar los jardines, colocar cámaras panorámicas, imponer las ordenanzas de convivencia, reducir los ruidos, poner orden al caos vehicular y de las motos, crear rutas de transporte público municipal, son acciones básicas, que no cuestan mucho.