El papa Francisco y su clon estadounidense (Fotos)

El papa Francisco y su clon estadounidense (Fotos)

Foto cortesía Infobae

Este capuchino de origen irlandés domina siete idiomas, en particular, el castellano, ya que, además de ser doctor en Literatura Española y Portuguesa, ha viajado mucho por América Latina y buena parte de su tarea pastoral la ha hecho con la comunidad hispana de los Estados Unidos. Es uno de los ocho cardenales que integra el grupo que asesorará al papa en el gobierno de la Iglesia y la Reforma de la Curia, reseña Infobae.

Un nombramiento que no sorprende, dados sus antecedentes y trayectoria. Inclusive, en los días previos al cónclave, su nombre circulaba entre quienes esperaban “un nuevo Francisco de Asís”. El 9 de marzo pasado, apenas 4 días antesde la elección de Jorge Bergoglio, analizando los perfiles de los papables, el diario español El País decía: “Muchos lo ven (a O’Malley) como un antídoto perfecto para los males que aquejan a la curia vaticana. Un humilde capuchino, espiritual y severo, contra las intrigas y juegos de poder de un Vaticano dominado desde hace siglos por los tejemanejes de los purpurados italianos. ¿Se atreverá el cónclave a recetar una cura tan radical?”.

La respuesta no tardó en llegar. El cónclave se atrevió, sólo que fue mediante la elección del jesuita argentino. Pero es indudable que, de los 8 cardenales elegidos por Francisco para ser parte de lo que muchos ven como un principio de gobierno colegiado, O’Malley es el que más se le parece.





Arzobispo de Boston desde 2003, nombrado por Juan Pablo II, Sean Patrick O’Malley sucedió en esta tradicional diócesis de los Estados Unidos al cardenal Bernard Law, muy vinculado al ocultamiento de los casos de abusos. Muy pronto ganó reconocimiento y prestigio por su empeño en sanar las heridas dejadas por los escándalos de pedofilia sin ocultarlos, indemnizando a las víctimas y separando a los encubridores. Su política de tolerancia cero en la materia lo colocó pronto en una posición pública relevante.

Pero O’Malley concentró también sus esfuerzos, y con éxito, en la recuperación de las muchas ovejas perdidas por la Iglesia en ese triste período.

Tras su nombramiento como arzobispo de Boston, una de las primeras medidas de este sacerdote que sigue vistiendo su sotana marrón de capuchino –atuendo al que sólo ha agregado el solideo rojo desde 2006, cuando Benedicto XVI lo hizo cardenal– fue vender la sede de la arquidiócesis y mudarse a un seminario. El dinero de la venta fue destinado a la indemnización de las víctimas.

Fotos cortesía Infobae