Elías Sayegh: La guerra sucia y nuestro proyecto

Elías Sayegh: La guerra sucia y nuestro proyecto

Los últimos días Primero Justicia volvió a ser víctima de los ataques que del Gobierno, pero esta vez fue a través de mi persona; con la difusión de unos correos chimbos y unas conversaciones trucadas, que nunca existieron. Nuestro partido, bajo el liderazgo de Henrique Capriles se ha convertido en una esperanza para más de la mitad de los venezolanos; y la opción que representamos en El Hatillo cuenta con el apoyo de la mayoría de nuestros vecinos, evidenciando que el trabajo social honesto que hemos realizado durante años en el municipio es bien valorado por los hatillanos.

 





Algunos estrategas electorales basan sus recomendaciones en ataques arteros en vez de enfocarse en los aspectos débiles de las candidaturas que apoyan, o en hacer aportes creativos para solucionar los problemas de la gente. De esta manera la política se convierte en un torneo de acusaciones, infamias, descalificaciones e injurias, cosa que aprovecha la anti política para desprestigiar a la noble actividad del servicio público. Los señalados se defienden acusando a su vez a los propagadores de los infundios, creándose una espiral que se retroalimenta así misma. Realmente con la indecencia no se gana nada en política y por el contrario perdemos todos.

 

Es lamentable que se creen laboratorios de propagación de ataques y mentiras, cuando su labor debía orientarse a buscar aquellos espacios, ideas y propuestas que cautiven al electorado y convenzan a la gente de sufragar por la candidatura que representan tales argumentos. Es la perspectiva de construir, versus la de destruir. Si bien es cierto que derribar es más fácil que levantar, no es menos verdad que construir es muchísimo más gratificante que demoler. El espíritu humano debe ser retado para el bien, por eso el componente ético es fundamental en nuestro comportamiento diario para con el prójimo y en particular para con quienes piensan distinto a nosotros. Para ellos respeto y consideración; los que nos adversan no son nuestros enemigos, lo que no significa contender duro en el plano de las ideas, siempre dando la cara y asumiendo responsablemente posiciones.

 

En el proceso de innovar políticamente, de prometer haciendo, no cabe la zancadilla. Las múltiples ideas que se manejan, la determinación de sus prioridades y el análisis sobre la oportunidad de cuando implantarlas, ocupan todo nuestro tiempo disponible, de manera que no hay oportunidad para pensar mezquinamente en la triquiñuela, en la trampa, en el montaje de ollas. Estoy persuadido que el comportamiento ético paga, rinde sus frutos y eso lo nota claramente el electorado. Jugar limpio es entonces una prioridad y un mandato que rige mi conciencia y mi campaña y en eso he sido muy determinante para dirigir directrices a mi comando en tal sentido. La instrucción es respetar al adversario político, pero además no devolver cada golpe, ni mucho menos defendernos ofendiendo.

 

Estamos centrados en analizar la problemática del municipio, determinar por qué las cosas no funcionan bien, entender cómo llegamos hasta aquí y cuál es la mejor manera de salir de este atolladero. Para ello hemos convocado a una cantidad de venezolanos de muy alto nivel, que en forma desinteresada están prestando su valiosísimo tiempo e ideas, para ayudarnos a desarrollar nuestro Programa de Gobierno, lo que nos permitirá escoger el mejor camino y la solución más efectiva, en cada área de la especialidad de cada uno de ellos. Por último quiero dejar constancia que la fe que profeso y los valores que mis padres me inculcaron, me impide escoger otra vía que no sea la de la honestidad y la verdad. No hay sino un solo camino.