Los que rompen y vuelven son los más violentos

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Tanto la violencia física como los abusos verbales son más frecuentes en relaciones que se rompen y se reanudan más de una vez, según un reciente estudio norteamericano.

Por Sarah Moses, Radio Nederland (RNW)

Pasión, discusión, lágrimas, gritos, ruptura… reconciliación… Pasión, discusión, lágrimas, gritos, ruptura… reconciliación… Una relación puede verse atrapada en esta dinámica de terminar y volver si una pareja no es capaz de resolver los conflictos de la relación, afirman los investigadores. Se trata de un patrón que puede incluir el abuso.





Piensa en tu actual pareja o en la última que tuviste. Seguro que alguna vez te has enfrentado a una situación difícil, ¿qué hiciste entonces? ¿Hablaste de los problemas con esta persona o decidiste romper solo para darte cuenta de que no podías vivir sin ella?

Romper, volver con tu pareja, y repetirlo todo de nuevo es algo frecuente entre los jóvenes: al menos el 45% han estado en este tipo de relación, según los resultados del estudio.

Los investigadores encuestaron a 792 jóvenes de entre 17 y 24 años sobre su pareja actual o la más reciente, preguntándoles también si habían sufrido violencia física o abusos verbales.

Abuso

La mitad confirmó que había sufrido maltrato psicológico en la relación: por ejemplo, que su pareja criticara sus creencias o su aspecto físico. El 40% admitió haber sufrido algún tipo de violencia física en la relación como por ejemplo, empujones, golpes o bofetadas.

La situación en la que se encuentre la relación (en la que una pareja termine y vuelve continuamente, en la que hayan roto definitivamente o en la que nunca hayan roto y sean felices) afecta seriamente a las pautas del abuso, según los investigadores.

El estar en una relación en la que se termina y empieza nuevamente tiene consecuencias muy graves: existe el doble de probabilidades de que se produzcan maltratos físicos y el maltrato psicológico es mucho más frecuente comparado con parejas que mantienen una relación estable o con personas que han terminado con la relación para siempre, conforme a los resultados del estudio.

Los investigadores también analizaron qué otras características además del estado de la relación influían en el abuso. La más relevante fue el no confiar en la pareja, ya que da lugar a que se produzcan tanto maltratos físicos como psicológicos en la relación.

Enfrentarse a los problemas

El comportamiento violento y el abuso psicológico pueden ir de la mano con las relaciones inestables, si la joven pareja carece de habilidad para la comunicación o para convivir. Cuando aparecen los problemas, puede que no sepan enfrentarse a ellos y un pequeño incidente puede convertirse en algo mucho peor como el maltrato. Ello puede llevar a un ciclo de separaciones y regreso a la relación.

Y a pesar de que la adolescencia y la juventud son un periodo para aprender lo que funciona y lo que no funciona en una relación, y de que no es infrecuente encontrar parejas que terminan y vuelven, los malos tratos que parecen acompañar a éstas deberían ser una señal de alarma, afirman los investigadores. Los patrones del abuso y del romper y volver, dicen, pueden producir problemas en las relaciones románticas en el futuro.