Elías Sayegh: Nuestro compromiso el 8D y el “simulacro”

Elías Sayegh: Nuestro compromiso el 8D y el “simulacro”

En el acto de simulacro electoral llevado a cabo ayer, reafirmamos nuestro compromiso de participar en los eventos electorales pautados por ley; para ejercer el derecho ciudadano a elegir mediante el voto universal y secreto. Mucho le costó a la democracia venezolana conquistar el voto, fue una lucha de generaciones que por haberse dado en el siglo pasado, no debemos olvidar, máxime cuando el presente régimen intenta conculcar este derecho, intimidándonos y esparciendo rumores. El ejercicio del voto, quien lo iba a decir en el siglo XXI, es además de un derecho, una forma de protesta cívica frente al cerco gubernamental. Desde esta tribuna hacemos un llamado fraterno a nuestros vecinos de El Hatillo para que se dispongan a participar masivamente en las elecciones del 8 de diciembre. Salir a votar en gran número es la única manera de desmontar una posible trampa, porque una ventaja holgada no es posible desconocerla con triquiñuelas. De manera que la invitación es a acudir masivamente a las urnas el 8D para reafirmar el triunfo de Enrique Capriles el 14 de abril y para decirle que no a las comunas y sí a la descentralización.

Debemos convertir este proceso electoral municipal en unas elecciones plebiscitarias, en las que demostremos al gobierno que somos la nueva mayoría democrática, que no viene por un revanchismo, sino por recuperar el tiempo perdido y enderezar el rumbo torcido que tiene el país. Bastante tendremos con estos menesteres, pero será el pueblo quien saque sus propias conclusiones y coloque frente a la historia a cada uno según sus ejecuciones. La difícil situación que nos tocará enfrentar a quienes resultemos electos en diciembre, será abrumadora, pero más desolador será el panorama de no hacer nada. Por ello es necesario prepararse desde ya para el ejercicio gubernamental con nuevas ideas, mucha voluntad política, talento humano y una gran creatividad.





Afortunadamente el resultado del simulacro fue muy positivo, políticamente hablando; sin embargo sirvió para evidenciar que no se va a tratar de un acto de votación sencillo, dada la gran cantidad de aspirantes en El Hatillo. Algunas personas llegaron a tardar hasta 7 minutos frente a la máquina, lo que demuestra que deben instrumentarse mecanismos efectivos de explicación de la forma de votar. Ese será nuestro reto electoral en lo inmediato. Que los electores conozcan el tarjetón, se familiaricen con él y se les explique cómo van a operar la máquina.

En el tiempo que queda para las elecciones de diciembre, consolidadas ya las tendencias, la tarea es de motivar la participación ciudadana a ejercer el sufragio, divulgar la forma de votar, cuidar las mesas y acompañar a los vecinos ese día, que debe ser histórico para Venezuela porque debe marcar el antes y el después, del nacimiento de una nueva mayoría democrática.

Quince años de una esperanza renovada, que finalmente no llegó a nada y que se estrelló frente a la realidad económica y social del país, no deja lugar a dudas sobre los resultados electorales. Ni el miedo, ni el amedrentamiento, ni la mentira, pueden inhibir el deseo de cambio que se ha instalado en inmensas capas de venezolanos que le dieron su confianza a un régimen que prometió luchar contra la pobreza, la corrupción y la impunidad. Hoy presas de la inseguridad, el desempleo, la inflación y el desabastecimiento, miran hacia otro lado, buscando como entender que fueron burlados, que depositaron su confianza en alguien que los traicionó. Sin embargo, como para un país nunca es tarde, debemos pasar la página de la mentira y el odio y comenzar la tarea de la reconstrucción. ¡Vamos a vivir mejor!