Los talibanes de Pakistán entierran a su líder en secreto y juran venganza

Los talibanes de Pakistán entierran a su líder en secreto y juran venganza


Combatientes talibanes paquistaníes enterraron en secreto a su líder el sábado después de su muerte por el ataque de un ‘drone’ estadounidense y actuaron rápidamente para reemplazarlo mientras prometían una oleada de ataques suicidas en venganza.

El gobierno paquistaní denunció la muerte de Hakimulah Mehsud como un intento de Estados Unidos para hacer descarrilar las conversaciones de paz y algunos políticos demandaron que las líneas de abastecimiento militar de EEUU en Afganistán sean bloqueadas en respuesta.

Mehsud, sobre quien Estados Unidos ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares por su cabeza, y otras tres personas murieron el viernes en el bastión extremista de Miranshah, en el noroeste de Pakistán, dijeron fuentes de seguridad paquistaníes y activistas.

El vehículo de Mehsud fue alcanzado después de acudir a una reunión de líderes talibanes, según un combatiente talibán paquistaní, que agregó que el cuerpo de Mehsud estaba “dañado pero reconocible”. Su guardaespaldas y su conductor también murieron.

Fue enterrado en secreto antes del amanecer por unos cuantos compañeros entre temores de que su funeral pudiera ser objeto de ataques de ‘drones’, según fuentes de seguridad activistas y paquistaníes.

“Cada gota de sangre de Hakimulah se convertirá en un atacante suicida”, dijo Azam Tariq, portavoz talibán paquistaní.

“Estados Unidos y sus amigos no deberían estar contentos porque nos vengaremos por la sangre de nuestro mártir”.

Mehsud se convirtió el líder de los talibanes paquistaníes vinculados con Al Qaeda en 2009. Los dos líderes anteriores del grupo murieron en ataques de aviones estadounidenses no tripulados.

Los comandantes talibanes votaron para reemplazarlo por el número dos del movimiento, Khan Said, también conocido como Sajna.

De Sajna se piensa que fue el cerebro de un ataque contra una prisión del noroeste de Pakistán que liberó a casi 400 prisioneros en 2012 y de un gran ataque contra una base naval paquistaní.

Sin embargo algunos comandantes no estuvieron de acuerdo con la elección y pidieron más negociaciones, según varios activistas, lo que indicaba las divisiones dentro de los talibanes de Pakistán, un grupo de facciones aliadas con los talibanes afganos y que batalla con el estado paquistaní con la esperanza de imponer un gobierno islamista. Reuters

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