Pablo Aure: Noviembre

Pablo Aure: Noviembre

Hago mías las palabras del poeta  Rafael Cadenas: “El viento cuando suena golpea en el caos”. En efecto, eso es lo que se siente. Hay un escalofrío de futuro. Una permanente incógnita de vida y de esperanza. El gobierno pierde cada día más adeptos, y como el G-2 cubano es quien fija las directrices lo sabe: ha instruido al alto gobierno para preparar una ofensiva definitiva.

Noviembre será el mes de las definiciones en el  país. El deber nuestro es solicitar que se celebre el acto electoral, así sepamos que el árbitro es una marioneta gubernamental. No podemos dudar en motivar la participación. No hay otro camino. Estamos a un mes de las eventuales elecciones municipales, lo que significa que en estos momentos la crítica interna debemos soslayarla.  Vendrán tiempos más difíciles que los actuales. Muy duros, y muy pronto. Por ello, quienes están dando la pelea electoral hay que preservarlos porque sus movilizaciones convienen mucho al sector democrático. Desmovilizarnos sería lo peor que podamos hacer en estos momentos en que el régimen hace aguas.

Ni prendido en candela.-





El sábado pasado Nicolás Maduro  amenazó con “ponerle los ganchos” a quien desconozca los resultados del 8-D. Quizá sintiendo miedo interno ante un estruendoso fracaso, apuesta a la abstención. Pretende amenazar para asustar, para desmovilizar. Pero, qué va. Esa amenaza no asusta a nadie. Quizá a quienes desmoviliza es a los propios rojos rojitos, porque de este lado estamos decididos. Dijeran en el llano: Maduro no asusta “ni prendido en candela”.

Sabemos que el gobierno es mentiroso. Ellos no quieren elecciones así Maduro diga que las habrá truene, llueva o relampaguee. Si las hay, ellos apostarán al fraude. Por eso la amenaza. Pero se equivocan. No es lo mismo enfrentarse en la capital de la república, donde se concentraron todas las fuerzas militares el 14-A, a evitar que la gente de los 335 municipios salga a protestar a la calle si sospechan que a sus candidatos les han hecho trampa. 335 protestas municipales no es lo mismo que una sola nacional. Por ejemplo, es improbable que acá en Valencia, donde el candidato de la MUD Miguel Cocchiola,  a un mes de las elecciones supera al contendor oficialista por más de 23 puntos, pierda las elecciones. Lo que quiere decir, que si intentan hacer fraude, no podrán evitar que el pueblo salga enardecido a protestar. Seremos miles los valencianos que tendrán que encarcelarnos. No habrá suficientes ganchos para ponérnoslo. ¿Entendió bachiller Maduro? Son 335 municipios que usted tiene que dominar; y le aseguro que no tiene ni gente ni poder militar nacional para poder someterlos. Así que no siga mintiendo, y confiese que usted es el primero que debería ir al calabozo en correspondencia con su tesis de ponerle los ganchos al que desconozca los resultados electorales.

Piscina sin fondo.-

He escuchado a muchos decir que peor de lo que estamos no podemos estar. A ellos les respondo que siempre podemos estar peor de lo que estamos, si no se toman los correctivos necesarios. Las crisis en los países no son como una piscina que tienen fondo, donde podamos tocar y luego rebotamos. ¡Nada de eso! Cada día nos hundimos más y más.

La improvisación tiene mucho que ver con la situación nacional. Han asumido cargos de importancia personas que ni remotamente tienen idea de lo que van a hacer. Ellos mismo lo  confiesan. La semana pasada en un programa de “Shirley” con el ministro de Turismo Andrés Izarra, transmitido por Globovisión, éste le dijo ingenuamente a la entrevistadora que cuando Maduro lo llamó para ofrecerle el cargo él le manifestó que no estaba preparado para ejercerlo, a lo que Maduro supuestamente le habría contestado: no te preocupes, que cuando Chávez me nombró canciller igualmente yo tampoco sabía nada de eso.

Esa es la realidad venezolana: los ignaros son quienes gobiernan. Para no entrar en detalles, vean a todos los ministros, no están para asesorar sino para confirmar decisiones del que los puso. Lo mismo podemos decir de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia  o de la Fiscalía General de la República. No hablaré de los militares, pero muchos de ellos están en puestos claves en distintas áreas, incluso en la economía y nada saben en verdad.

¿Y la habilitante qué?

Hace varios días que  Maduro fue a la Asamblea Nacional a pedir que se le otorguen poderes habilitantes para supuestamente luchar contra la corrupción. Todavía la AN no se ha manifestado, aunque de acuerdo al reglamento interior y de debates lo ha podido hacer ¿Qué quiere decir esto?: que todavía no cuentan con el diputado 99 para poder otorgársela. He allí la razón de la celeridad con la que actúa la Fiscalía General de la República en solicitar un antejuicio de méritos a los diputados Caldera y Aranguren, cuya sentencia está cantada. Lo que me llama la atención es que se ha venido especulando que el diputado 99 será Mazuco, aunque él lo ha desmentido categóricamente. Cosa que nos dolería, pues él ha sido víctima de las arbitrariedades del régimen. Si eso es así, será un baño de agua fría que recibiremos en las filas del sector democrático. Espero que sea solo especulación y no exista veracidad en la misma.

Aguinaldos.-

He leído a muchos economistas opinar del tema inflacionario y de la escasez. La vivimos y la sufrimos tirios y troyanos. La gran pregunta es ¿para qué nos servirán los aguinaldos? Por el camino que vamos será para comprar velas y cisternas de agua potable. Porque ni pensar en asegurar el carro, a quienes lo tengan, o hacerle arreglos a las casas, quienes la tengan. Para nada alcanza lo poco que ganamos. Patético fin de año. Por eso, insisto, noviembre será el mes de las definiciones. Pasaremos meses difíciles, pero encontraremos la claridad. Eso sí, debemos participar en todas las movilizaciones. Protestar, votar y luchar. Otros países han podido zafarse de esta plaga con nombre distinto. Nosotros también lo lograremos. Se derramará sangre, sudor y lágrimas, pero lo lograremos. Lo peor que nos puede suceder es resignarnos a vivir bajo el imperio de la maldad, el latrocinio y la ineptitud.

La calle.

No logro entender cómo la calle sigue estando vacía ante tantos atropellos. Nos matan al pueblo, no hay seguridad, no hay comida, no hay agua, racionan la luz, no hay nada. No podemos acostumbrarnos a este esquema de gobierno. La pasividad o la indiferencia no puede ser una opción para transformar lo que sentimos destruido. Si nos quitan la luz tenemos que protestar. Si nos racionan el agua, debemos hacer lo mismo. Si no encontramos comida, no hay mejor manera que alzar la voz para reclamar. Estamos dormidos y el país se nos está cayendo ¿qué nos pasa? La calle es el camino: allí está el verdadero freno a las arbitrariedades y a los desafueros de un gobierno nefasto y corrupto. No es subversión, es lo indicado en el artículo 68 de la Constitución. Léanlo.

@pabloaure