Pablo Pérez: Los tres golpes del venezolano

Llegamos al penúltimo mes del año y con él se acentúan las preocupaciones económicas que tenemos todos y cada uno de quienes vivimos en este país. Una nación a la cual han quebrado por las erradas políticas económicas que han ejecutado, sin resultados rentables para la mayoría de los venezolanos.

La crisis económica no se resolverá con un monólogo político, ni con la Ley Habilitante, mucho menos con amenazas, ni persecución a líderes de la unidad democrática. Esa forma de gobernar a un país demostró con suficientes evidencias que no funciona. Si los insultos y amenazas fueran un incentivo para la economía, tendríamos un país boyante.

Pero parece que no aprenden, porque continúan con el discurso desgastado del “Golpe de Estado”, cuando en realidad el único Golpe de Estado que se está gestando en el país es el que el propio Gobierno le está dando al pueblo debido al alto costo de la vida, que propicia mucha hambre y miseria.





Este Gobierno ha quebrado la vida de los venezolanos. No hay dinero, no hay empleo, no hay seguridad, no hay buenos servicios públicos, y el único responsable de esto, según los últimos estudios de opinión, es el Gobierno y el Presidente de la República. Para la mayoría de los venezolanos, Nicolás Maduro es el responsable de la debacle que vivimos.

Hablan de una supuesta guerra económica que estaría siendo impulsada por sectores de la derecha venezolana, para desestabilizar la gobernabilidad del país y propiciar un supuesto golpe de estado. Es un discurso repetido, agotado y hasta fastidioso, pero en la actualidad tiene algo de verdad y esa verdad es que tienen miedo.

No sé qué pasa, pero noto mucho nerviosismo, como si anduvieran con un frío en el estómago, y quizás eso se deba a que están conscientes del problema, porque para nadie es un secreto que tenemos un pueblo que diariamente sale asustado a la calle porque no sabe si va a regresar.

Hay un pueblo que día a día pasa penurias al tratar de conseguir trabajo o por lo menos hacer una ‘marañita’, para luego tratar de hacer milagros a ver si el poco dinero que gana le rinde para subsistir, mientras el que tiene algo de dinero tarda horas en largas colas a ver si puede algunos alimentos de los que se consiguen.

La mayoría de los venezolanos se han convertido en “marañeros” porque muchos sobreviven gracias a esas marañitas, algunos buscan completar sus ingresos haciéndolas en sus ratos libres y muchos hasta lo hacen mientras cumplen en su empleo formal. Los únicos que no se dan cuenta de esta realidad, son los del gobierno de Maduro que parece que viven en un mundo paralelo.

Y tienen tanto miedo, que tratan de “inocular” miedo para que nadie reclame o proteste. Luchan cada día para sembrar el terror que mantenga inmóviles y conformes a los venezolanos inconformes. Además persiguen y amenazan a los medios para que no muestren la dura realidad, como es el caso del diario 2001.

La crisis la resolverán cuando se den cuenta que ese modelo económico que han desarrollado es un fracaso en el país, que es un modelo atrasado y el Gobierno tiene que entender que deben abrirse al progreso, trabajando de la mano con el sector privado”.

Ninguna economía crece y goza de buena salud, sino existe un elemento fundamental: confianza. Y como tener confianza en un país donde al empresario privado al cual no le han expropiado su empresa, se le acosa con una regulación laboral criminal y con cargas parafiscales que sentencian la muerte de cualquier emprendimiento.

Ya es tarde para que el Gobierno rectifique, porque el 8-D sentirá la furia de un pueblo cansado de los tres golpes que a diario recibe: inseguridad, desempleo y alto costo de la vida. En el voto de cada ciudadano está el poder de castigar a un gobierno malo. No dejes de votar.