Mientras Tanto Parte II por @maggidilena

Aquí quedamos…después del asesinato de Chalbaud asumió una Junta de Gobierno –mientras tanto-, presidida por un civil, Germán Suárez Flamerich (Miembro de la Generación del 28), junto a Pérez Jiménez como Ministro de la Defensa y Llovera Páez – otro militar- como Ministro de Relaciones Interiores. Para ese momento, se formó un partido político llamado Frente Electoral Independiente (FEI) mientras que Acción Democrática y el Partido Comunista habían sido declarados por el gobierno como ilegales desde el golpe de Gallegos. Venían elecciones, y en ellas participaron URD, COPEI y FEI. Las elecciones de 1952 fueron por votación universal, directa y secreta de los ciudadanos mayores de 21 años, para elegir los Diputados a la Asamblea Nacional Constituyente. Esta contienda electoral se destacó por una masiva participación de los electores, dispuestos a poner fin a cuatro años de gobierno militar. Sin embargo, el desconocimiento de los resultados por parte de Marcos Pérez Jiménez y las Fuerzas Armadas anularon la voluntad popular. Nos cuenta la historia viva que en ese momento el Ministro de Relaciones Interiores Laureano Vallenilla Lanz, justo al día siguiente de las elecciones convocó a Jóvito Villalba (URD) para una reunión en Miraflores, lo cual resultó una trampa y tuvo que salir exilado del país, mientras que en las calles se rumoraba que era el ganador de aquella elección popular.  En ese momento proclaman a Pérez Jiménez como Presidente Provisional de Venezuela, y además como Ministro de la Defensa al mismo tiempo. Por su parte, el partido COPEI tuvo representación en el Congreso hasta que comenzó a arreciar la represión de la dictadura.  Se consolidó Marcos Pérez Jiménez en abril de 1953 como Presidente Constitucional y continuó hasta enero de 1958.

Los represores afectos al régimen eran Pedro Estrada como Jefe de la Seguridad Nacional, el Ministro Vallenilla Lanz, Miguel Silvio Sanz quien era Jefe de la Brigada Política de la Seguridad Nacional, y Pulido Barreto; siendo que este cuerpo policial tenía dos vértices, uno sobre persecución política y otro para delitos comunes.  Poco nos debe enorgullecer que durante ese tiempo existió una especie de campo de concentración llamado Guasina, donde murieron quienes eran declarados enemigos políticos, además de los que estaban en las cárceles de todo el país. Para entonces,  Pérez Jiménez llama a un  “plebiscito” –mientras tanto– para conocer si el pueblo quería que siguiera al mando. A nivel político-militar se marcó la presión para que esto pasara. El modo de votación era el siguiente se le entregaba a cada persona unos círculos rojos y azules, y los empleados públicos tenían que presentar al día siguiente en el trabajo la tarjeta roja. La viveza política clandestina preparó una cantidad importante de círculos rojos para entregárselos a los funcionarios y así podían zafarse de la persecución. A pesar de ello, el plebiscito lo “ganó” el dictador. Recordando la historia viva, que desde las elecciones de 1952 comenzó a usarse en el argot popular la siguiente expresión: “Oye, las elecciones las ganó un chino!, si! Un chino llamado Chanchullo” –nunca falta nuestro buen humor-.

Sin embargo, ya había mucho movimiento de descontento, y el poder de Vallenilla con Estrada los llevó a confrontar al Presidente Pérez Jiménez, ya que hasta sacerdotes y militares estaban privados de libertad. Mientras tanto, en la clandestinidad trabajaba la Junta Patriótica, compuesta por un miembro de cada partido político, allí estaban Fabricio Ojeda (URD), Aristigueta Granco (COPEI), Ortiz  Bucarán (AD) y Guillermo García Ponce (Partido Comunista). El 1º de enero de 1958 a las 6:00am volaron sobre Caracas algunas aeronaves de la aviación militar tratando de bombardear algunos puntos de la ciudad. Se alzó la Infantería con Hugo Trejo quien intentaba dominar la ciudad de Maracay como importante centro militar, sin embargo, Pérez Jiménez logró en la noche develar el golpe donde hubo detenidos, a excepción de los pilotos que pudieron huir hasta Colombia. La iglesia católica junto con los gremios se manifestaron emitiendo comunicados denunciando la represión del gobierno. Esto prendió la mecha y salió el pueblo a manifestar en las calles, recuerda la historia viva, que fue la primera vez que la ballena estuvo presente para reprimir las protestas, utilizando tinta roja que dejaba manchas, de forma que así, se identificaban a los protestantes, en su mayoría estudiantes de educación básica y universitarios, quienes inmediatamente eran arrestados. En ese mientras tanto, salieron algunos militares que formaban parte del gobierno descontentos con el dictador, resultando muchos detenidos. El 21 de enero de 1958 se lanzó la huelga de la prensa escrita, lo cual produjo que la Seguridad Nacional tomara todos los periódicos y los denominados “censuradores” intimidaban a quienes trabajaban allí, la orden para aquellos valientes héroes del periodismo era que no pernoctaran en sus casas para que no fueran apresados y obligados a publicar la prensa. Ningún periódico salió, se cumplió la huelga, a excepción de El Heraldo que era el periódico oficialista. Durante dos días el país vivía un clima de tensión, sobretodo en Caracas el ambiente desestabilizador era lo que reinaba. Llegó el 23 de enero, cuando aproximadamente a las 3:00 am se escuchó un avión sobrevolando, la gente que lo vivió cuenta que sabía que era el tirano que se había ido en “la vaca sagrada” y en las emisoras de radio se vociferaba la buena noticia para la democracia. El pueblo enfurecido llegó hasta la sede de la Seguridad Nacional, con el objetivo de liberar a los presos injustamente en ese lugar. Cuenta la historia viva que entre los que pudieron salir ese día fueron Miguel Ángel Capriles y Ramón J. Velásquez, siendo una anécdota digna de destacar que el primero de ellos se avocó a fundar en pocos días el periódico El Mundo para ocupar el puesto vacante que había dejado El Heraldo, el cual era el único periódico vespertino del país, momento histórico para un nuevo comienzo de la libertad de expresión democrática en Venezuela.





Viene otro mientras tanto, una Junta de Gobierno Provisional presidida por el Contralmirante Wolfgang Larrazábal, acompañado por los Coroneles Roberto Casanova, Abel Romero Villate, Carlos Luis Araque y el civil Pedro José Quevedo. Sin embargo, nunca faltan los  “coleados, y en este caso, eran militares afectos a Pérez Jiménez, tanto Roberto Casanova como Romero Villate, tuvieron que renunciar forzosamente a la Junta debido a que el pueblo y los partidos políticos protestaron contundentemente su rechazo. y Mientras tanto, en el sótano de Miraflores continuaban presos algunos  personajes, como Hugo Trejo quien al salir liberado fue un héroe del derrocamiento de la dictadura. Durante la gestión de esa Junta de Gobierno hubo varios intentos de golpe de estado, incluso, la historia viva cuenta que Larrazábal nunca despacho desde Miraflores sino desde otro lugar desconocido. Para ese momento, Larrazábal quien había prometido llamar a elecciones presidenciales, las convocó para diciembre de 1958, retirándose de la Junta para ser candidato de URD y el Partido Comunista. En las elecciones democráticas para Presidente, los candidatos eran Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Larrazábal. Rómulo Betancourt propuso el Pacto de Punto Fijo, el cual no era sino la prolongación de conversaciones sostenidas en Nueva York, entre Betancourt, Caldera y Villalba durante su exilio; con el fin de garantizar un compromiso entre AD, COPEI y URD para gobernar.  Larrazábal tenía gran carisma y aceptación en Caracas, sin embargo, AD trabajo incansablemente en el interior del país y aunque los primeros resultados de Caracas daban como ganador al Contralmirante con gran ventaja, fue cuando se contabilizaron los resultados del interior del país, los que dieron como ganador al candidato adeco Rómulo Betancourt como Presidente de Venezuela. A partir de este momento, comienza una nueva etapa para nuestro país, se establecieron las bases de la convivencia democrática que se mantendrían en los 40 años siguientes, cimentando principios como la práctica libre y transparente de elecciones, el respeto a la expresión popular y la conformación de gobiernos equilibrados. Aquí dejamos este otro mientras tanto, hasta que la providencia nos lo permita de nuevo.

Maggi Di Lena