Zulianos en las colas: Queremos comprar, no robar

Zulianos en las colas: Queremos comprar, no robar

“No me gusta. No estoy de acuerdo con eso. Hay que hacer la colita normal”, comenta Tibisay Fuenmayor, ama de casa, a la espera para comprar un aire acondicionado a precios solidarios o “precios justos” como pregona el Presidente de la República, Nicolás Maduro. Conoció que el lunes varios comercios de Ciudad Ojeda fueron afectados. Rechaza esos actos, publica La Verdad.

“A mí me gusta es hace mi cola y comprar normal, pero no el saqueo porque eso es robar. Es robar porque te estáis agarrando algo que no es tuyo. Es delincuencia”, asegura sin titubeo. No vacila al decir que de estar en una situación de alteración del orden saldría de ahí. “Si se mete todo el mundo, yo no. No me gusta, es hacer daño al prójimo”.

Algimiro Mercado, bodeguero, no trabajó ayer. Salió a buscar la “nevera barata para enfriar los refrescos” que vende en su pequeño negocio doméstico. Con entusiasmo aguardaba, aunque sospechaba que no llegaría a ingresar.





Mirando a los policías y las guardias nacionales que custodiaban el edificio, se queja de la “mala organización”. Responsabiliza al Gobierno. Pide “más seguridad en todos los sentidos”. Piensa unos segundos sin saber qué decir, luego se pregunta: “¿Cuándo se había vivido esto? Peleándonos por la mercancía. El Gobierno que organice las cosas mejor y se eviten las colas”.

Mercado señala que tras los robos en algunas ciudades “está la Guardia y el Ejército en la calle, debe ser siempre así”, clama. Calla y sonríe ante la mirada de las mujeres que lo acompañaban en la formación, a las afueras del comercio.

Fuenmayor y Mercado estaban junto al grupo que exigía ingresar en el negocio ubicado en La Limpia. Es el “único” que recibe el crédito de la Tarjeta del Buen Vivir del Banco Bicentenario. Ángela Mayor, beneficiada del programa Madres del Barrio, asegura que iría por el crédito. Esta Navidad prepararía los alimentos en cocina nueva.

Soportaba el calor y el sol del mediodía para lograr satisfacer su deseo. No podía ir a otro empresa de venta de electrodomésticos porque solo en la que estaba “aceptan la tarjeta” que el Gobierno otorgó a los trabajares de los programas sociales.

No hace comentario sobre los robos y situaciones que hicieron cerrar algunos comercios de la ciudad. Ni la presencia de uniformados en los alrededores. Mayor exigía por su derecho: “comprar una cocina”. Desconocía precios y calidad de los artículos de línea blanca. Más de cinco horas de pie no la hacían flaquear en su objetivo.

Síntomas de “crisis”

Raima Rujano, trabajadora social, explica que el violentar los bienes de los comerciantes está dentro de una “crisis de valores”. Reina la impunidad,  porque “no hay castigo al delito. No hay respeto a las normas”.

Los saqueos a negocios en Valencia, Carabobo, el sábado pasado, y en Lagunillas, Zulia, el lunes en la mañana, son rechazados por la población. Ese grupo de venezolanos es el que “creen en un mejor país, (y) que respeta las normas”.

Voces

Ángela Mayor, trabajadora

“Quiero una cocina. Voy a comprarla a crédito con la tarjeta de Buen Vivir del Bicentenario. Aquí estoy esperando a ver qué pasa”.

Algimiro Mercado, bodeguero

“Sí, el Gobierno tiene que poner más seguridad en todos los sentidos. Ahora sí está en la calle. ¿Cuándo se había visto esto? Peleándonos”.

Esmiria Pérez, ama de casa

“Para mí es lo mejor que está haciendo el Presidente (Nicolás Maduro) bajar los precios. Están apuntado a las personas”.