Los Reyes ya no vienen por oro y plata…ahora lo hacen por Petróleo

Los Reyes ya no vienen por oro y plata…ahora lo hacen por Petróleo

Foto Referencial

Suspicacia, desconfianza y escepticismo ha creado en los venezolanos la visita de los Reyes de los Países Bajos a Caracas, prevista para el sábado 23 de noviembre. ¡Sí!, a muchos tomó desprevenidos el anuncio oficial de este recibimiento diplomático a bombo y platillo que, al parecer, se distinguirá a la delegación europea.

Por Eduardo Salazar, RNW

Pero, ¿por qué tantas alharacas a la hora de conocer el evento? Es fácil de decir y sin aspavientos: somos una nación antimonárquica. O sea, más claro: Venezuela se ha declarado en los últimos 14 años (Era de Chávez) un país en contra de reyes, amén de los imperios y las potencias.





Y con toda la razón, en eso coincido plenamente con Hugo Chávez, muchos de estos gobiernos poderosos se han valido de América Latina, sub-continente que ha sido saqueado, hurtado y malogrado económicamente a ultranza. Durante las últimas décadas hemos sido el patio trasero de Washington. Y qué decir de las multinacionales (de diversos orígenes) que ostentan récords de plusvalía en detrimento de la fuerza obrera de los países del Sur. Realidad símil a la África subsahariana o gran parte de Asia.

Volvamos a lo que hemos venido. Resulta ser que los monarcas holandeses, “Su Majestad el Rey Willem-Alexander (Guillermo Alejandro) y Su Majestad la Reina Máxima de los Países Bajos, realizarán una visita oficial a la República Bolivariana de Venezuela?. Así lo reseña una nota de prensa de la Cancillería, y desde esta trinchera digital nos preguntamos:

¿Su Majestad?

Reverencias a unas personas a las que tanto hemos criticado, que se supone desde su linaje poco miran a las masas, y que por tradición han vivido privilegiados, a costa de muchas de las naciones que en el pasado han dominado, incluso hoy en día. No olvidemos que dentro del conocido Reino de los Países Bajos encontramos dos islas muy cercanas a las tierras bolivarianas: Aruba y Curazao. ¡Guau! No están tan lejos, después de todo, los holandeses.

Y ¡ojo!, no hay nada en contra los hermanos neerlandeses, pues a fin de cuentas, creemos fervientemente que todos somos iguales. Mucho menos, en contra del gobierno holandés, pues sabemos y hemos comprobado en visitas a la capital de los Países Bajos (Ámsterdam) que sus ciudadanos gozan de una buena calidad de vida, seguridad, servicios, etcétera.
Además, según aparecería en la prensa europea estos monarcas han tenido una mirada más cercana a sus súbditos. Y, otra razón, cada pueblo tiene la potestad única de aprobar o reprobar a sus mandatarios. Los demás, permanecemos atentos y podemos, de manera mesurada, soltar una simple opinión sin ánimos de que suene a veredicto.

Empero, en lo que respecta a nosotros los venezolanos, sí nos causa un poco de asombro que rece en el escrito del Ministerio de Relaciones Exteriores que la visita busca fortalecer los lazos de amistad que han unido a ambas naciones históricamente. Tenemos que recordar que hace poco más de 3 años, Miraflores se manifestó con pruebas en mano en contra de unas maniobras (el 8 de enero de 2010 para ser exactos) de los holandeses en Curazao – isla que pertenece al Reino de los Países Bajos -. Fue por esa época cuando se levantó la voz en contra de estos “imperios” que amenazaban la seguridad nacional. Se referían claramente a Estados Unidos y Holanda, ambos gobiernos negaron la violación.

De hecho, Eva Golinger, destacada periodista muy ligada al Chavismo, dijo que Curazao era la tercera frontera de Norteamérica, lo que dejó para la fecha una clara posición de descontento. Y, si se quiere, un impasse.
Entre otros desacuerdos y tragos amargos, se han registrado en la historia reciente (chequear caso de la deuda impagada por parte de Pdvsa con Curazao por supuesto daño ambiental ocasionado por la refinería Isla). También, durante muchos años se ha comentado, según expertos en distintos medios de comunicación, que el interés de Holanda es apoderarse de la Isla venezolana de Aves, lo cual ha mantenido y con sobrada razón alerta a las autoridades de este territorio suramericano.¿Será cierto?

El meollo de este asunto es claro como las aguas del Caribe, que no son la razón precisamente de la visita de los Reyes, pero sí el petróleo. Son muchos los acuerdos que mantienen Venezuela-Holanda; en materia energética, agrícola, comercial y hasta en la lucha contra el narcotráfico. Sí, mucho de esto es verdad, y hasta la buena voluntad puede ser aceptada. Pero Shell, lleva el mayor peso en los motivos del paseo monárquico por las tierras de Bolívar.

En el 2006, Pdvsa pacta con esta trasnacional la explotación de depósitos de crudo en el oeste del Lago de Maracaibo (60 – 40 % respectivamente, eso sí). No en vano, el logotipo de la petrolera europea se nos hace muy conocido, serán ya 113 años desde que pisaron suelo venezolano. El bien o el mal que han traído es leit motiv de distintos ensayos.
La pregunta queda abierta para quienes nos lean, hace poco más de un año veíamos a un Chávez férreo en su posición contra el Imperio, y ahora a un Maduro más abierto a las altas castas recibiendo reyes y haciendo reverencia. Y no sólo desde aquí llueven las críticas, las cartas de repudio o la indignación; pues del otro lado del Atlántico también muchos han dejado ver su malestar.

Por traer a colación algunos casos, mencionaremos a distintos asesores y expertos como Adolfo Salgueiro o Gustavo Coronel, quienes aseguran que la visita de estos monarcas a esta capital latinoamericana supone una “ofensa” pues se sabe que Holanda es “uno de los países más democráticos del mundo, en el que las libertades y los Derechos Humanos se ejercen de forma cabal y hasta insólita”, y para ellos es inaudito que la delegación real decida visitar un país en el que esos atributos se ven tan limitados como es del conocimiento de Europa y del mundo.

Ahora bien, sí – y no se puede negar- es que mantenemos buenas relaciones internacionales. Sí es cierto que tenemos intereses económicos de por medio. Podríamos hasta especular (palabra muy empleada justamente en los últimos días en Venezuela) sobre lo que hizo que los Monarcas holandeses incluyeran en su periplo por América a nuestra nación. Pero serán sólo conjeturas, aunque, estamos seguros de que no tardaremos mucho tiempo en saberlo. Pero, ojalá, y por el bien de esta tierra fértil y rica, de hombres libres y fuertes – con gobiernos vulnerables y frágiles – no nos vuelvan a vender.

No señor Rey, ya no andamos con taparrabos y hacemos oraciones a la luna. No señor Presidente, ya no creemos en coronas, cristales y profecías santas de dioses lejanos e importados. Ojalá, como dicen nuestros trovadores, no se sigan burlando de esta América Latina que perdona pero no olvida. Ojalá sea realmente una visita que sirva de provecho para el desarrollo y bienestar de nuestras sociedades. Veremos.