Tamara Suju Roa: ¿Y que hacemos?

Esta es la pregunta que me hacen las personas que andan en la calle como en esas películas de zombies, sin orientación o rumbo, que buscan desesperadamente una respuesta adecuada a sus angustias y necesidades ante ésta realidad política y social que estamos viviendo y que se ha convertido para la mayoría de los venezolanos de bien, en una pesadilla que pareciera no tener un fin. Algunos no creen en la Mesa de la Unidad Democrática, otros dicen que para que ir a votar con el mismo CNE que nos robó  las elecciones del 14 de abril, otros me dicen que quisieran despertar un día y que Maduro sólo fuera una terrible sueño.

Consigo también gente que quiere activarse y no sabe como, que quiere ayudar y no sabe donde ir pero que saca energía de donde sea y no permite que le desmoralicen ni le diga que todo esta perdido.  Es la gente que apoya cualquier protesta, que conversa en las colas de los supermercados sobre realidades y que hace el trabajo de hormiguita en su trabajo, con sus vecinos, en su comunidad.

Todos de alguna forma, terminan preguntándome: ¿que hacemos? Y mi respuesta es: seguir…¡seguir adelante! Hay que vencer el miedo a exigir nuestros derechos y cumplir con nuestros deberes. Hay que perder el miedo de salir a la calle a protestar por tanta arbitrariedad, tanta desidia, tanta ineptitud, pero sobre todo, tanto abuso de poder. Todos los días debemos conquistar a un venezolano que piense que este régimen es democrático y respetuoso de la constitución y las leyes y convencerlo de que los venezolanos merecemos un mejor país, un país de ciudadanos,  libres, prósperos, con acceso a una mejor educación que nos garantice calidad de vida y un Estado que nos brinde seguridad  y bienestar social, pero sobre todo, paz. Todos los días debemos ejercer la ciudadanía y dar consuelo y palabras de aliento a quien  lo necesite para animarlo a no desfallecer en esta pelea diaria por nuestras libertades y nuestra democracia. Estamos a pocos pasos de que se termine de implantar un régimen totalitario que no respeta los derechos civiles y políticos de sus oponentes, que no respeta la propiedad privada, que busca destruir la industria y la empresa privada, y que quiere el control total de la sociedad civil para seguir con éste proyecto de poder que inició Chávez con los Castro y que continúa Nicolás también con los Castro.





Ya tiene su Habilitante. ¿Para que? Si ya tenía todo el poder.  El Parlamento, las Instituciones, todos responden como súbditos al ejecutivo.  Lo que cambia la Ley Habilitante  es que las arbitrariedades inconstitucionales que vendrán, serán “legalizadas” a través de “decretos leyes”que Nicolás firmará como tarjetas de Navidad.  Esto no lo digo para que se desanime el lector, sino para que tome conciencia de lo que viene y se a prepare , pero no en su casa, comprando papel toilet y harina pan, sino que este listo para defender sus derechos y libertades desde su tribuna, aportando su granito de arena todos los días sin desfallecer e incluso ir más allá, anotándose  en actividades en sus comunidades, colegios, universidades, en fin, póngase a la orden de quienes pueden orientarlo de como ser útil y proactivo en la lucha por regresarle a nuestro país el Estado de Derecho y la gobernabilidad democrática perdida.

Salga a votar el 8 de diciembre. Vote pensando un su futuro.  Visualice a Venezuela con 335 alcaldes rojos rojitos y visualicela con gente demócrata. Piense en un país sin odios, sin discriminación, sin polarización, donde cada quien se ocupe de crecer intelectual y laboralmente y todos tengamos las mismas oportunidades de bienestar social y económico, sin que le manipulen su conciencia o lo uniformen de rojo.  Piense en sus hijos y nietos. Piense que ellos tienen derecho a vivir en un país libre donde puedan escoger sin amedrentamiento y manipulación por adoctrinamiento lo que quieran ser.  Piense en el mejor gestor para su comunidad, que es lo que usted escogerá el 8 de diciembre y recuerde lo peor que nos puede pasar como pueblo es que nos desmovilicen desmoralizandonos o amedrentandonos. Miedo debe darnos que estos tipos cundan de rojo el mapa territorial y no haya fuerza política y ciudadana para enfrentarlos. Venezuela es de todos los venezolanos, sin distinción de raza, credo, o parcialidad política.  Usted amigo, es el protagonista de esta historia.