El gobierno de Estados Unidos expresó su preocupación por las recientes revueltas en Egipto después de que casi 200 personas fueran arrestadas este viernes como parte de una ofensiva contra los islamistas que protestan por una nueva prohibición de manifestaciones no autorizadas. AFP
En El Cairo la policía utilizó gas lacrimógeno contra cientos de partidarios del depuesto expresidente Mohamed Mursi que se habían congregado frente a uno de los palacios presidenciales de la capital. En las cercanías del lugar se pudieron escuchar disparos.
La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, señaló que la policía también utilizó cañones de agua para dispersar a los manifestantes “pacíficos” y atribuyó la violencia a la nueva ley antimanifestaciones.
“Estados Unidos está preocupado por los efectos perturbadores de la recientemente aprobada ley de manifestaciones en Egipto”, afirmó.
“Los manifestantes pacíficos necesitan los medios para expresar sus opiniones”, explicó la portavoz.
Psaki apuntó a las informaciones de que los manifestantes habían sido golpeados y abandonados en el desierto por las autoridades.
“Reiteramos la preocupación que compartimos con los representantes de la sociedad civil dentro de Egipto de que la ley de manifestación es restrictiva y no cumple los estándares internacionales”, afirmó.
“Limitar la libertad de reunión, asociación y expresión no ayudará a la transición de Egipto hacia adelante”, añadió
Psaki instó a los manifestantes a continuar sus protestas de forma no violenta.
La última revuelta se produjo cuando los Hermanos Musulmanes egipcios mantuvieron las protestas que organizan tras sus oraciones del viernes luego de que el ejército depusiera a Mursi el 3 de julio.