Nicolasito Maduro, la punta del iceberg del nepotismo

 

Foto Archivo

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, parece haber sacado lecciones muy provechosas de sus años de estudio en La Habana. Lo mismo que los hermanos Castro se han rodeado de parientes y amigos para sostenerse en el poder durante casi cincuenta y cinco años, Maduro coloca a los suyos en los puestos estratégicos del Gobierno y se fía solamente de las milicias dirigidas por los cubanos para todos los asuntos relacionados con la seguridad nacional, reseña ABC de España.

Nada más asumir la jefatura del Estado, creó el Cuerpo de Inspectores de la Presidencia y nombró a su hijo, Nicolás Ernesto Maduro Guerra, «Nicolasito» para sus amigos, jefe de este cuerpo con tan solo 23 años y ningún tipo de estudios o experiencia relacionados con el cargo. «Hicimos el curso de inspectoría y comenzamos a recorrer los estados para inspeccionar todos los ámbitos del país», reconoció el mismo Maduro Guerra.





El hijo del que fuera amigo, guardaespaldas y confidente de Hugo Chávez, y actual presidente, no viaja solo. Lo hace acompañado de un amplio equipo «multidisciplinar» de administradores, contadores públicos, periodistas, odontólogos, ingenieros y demás profesionales que tienen en común la fidelidad absoluta y sin fisuras a los postulados chavistas. «Esto nos permite tener una visión integral de todo lo que vamos a inspeccionar», se justifica «Nicolasito». «Luego hacemos un informe con lo que detectamos que va directo a las manos del presidente de la República», explica. Es decir, de su papá.

Aún siendo el caso más llamativo, Nicolasito solo es la punta del iceberg del nepotismo que impera en el Gobierno venezolano. Carlos Malpica Flores, sobrino de Cilia Flores, la esposa de Nicolás Maduro y actual «Primera Combatiente de la Revolución», fue nombrado comisionado presidencial para asuntos financieros y económicos de la nación. Despacha directamente con Maduro. Otro hijastro de Maduro, Walter Gavidia Flores, fue enchufado en el Poder Judicial como juez titular con apenas 27 años, según aireó la oposición en su día.

A su paso por la Asamblea y la Procuraduría del Estado, Cilia Flores protegió y dio trabajo bien remunerado a parte de su familia, según denuncia la oposición. A saber: sus hermanos Hermes, Vladimir, Giusón y Franquie; los sobrinos, Erika Albornoz e Irving Molina; sus primos, Marvella Gavidia y Juan Flores; su nuera, Magali Gutiérrez; y su exesposo Walter Gavidia. «Se estima que la hoy pareja presidencial otorgó en sus distintos periodos al frente del Parlamento 42 cargos entre familiares consanguíneos y afines», asegura el diputado opositor Abelardo Díaz.

La familia y dos más

El que fuera el conductor de autobuses más multado de Caracas y actual presidente, Nicolás Maduro, realizó un viaje a China y Estados Unidos, con motivo de la Asamblea General de la ONU, el pasado mes de septiembre que levantó enormes críticas en el país. Según el popular periodista venezolano Nelson Bocaranda, «Maduro y Cilia invitaron a sus hijos, nietos, sobrinos, “la yerna” -así aparece en la lista de pasajeros y no como nuera- y dos damas amigas de Cilia». Fue una comitiva tan numerosa, con varios cubanos en la lista, que levantó sospechas entre las autoridades estadounidenses. Incluso el servicio secreto encargado de la seguridad de todos los mandatarios asistentes a la Asamblea General de la ONU pidió limitar la caravana venezolana a sólo cuatro vehículos.