¿Quién ganará el 8-D? por @felixseijasr

¿Quién ganará el 8-D? por @felixseijasr

Ésta es una pregunta difícil. Una victoria puede tomar diferentes formas y puede ser vista e interpretada de diferentes maneras; las elecciones del día de mañana son un claro ejemplo de ello. Y es que más allá de un resultado numérico aislado, quién amanezca como “vencedor” el lunes 9 de diciembre, será aquel que logre imponer en la población la percepción de haber sacado la mejor parte el día domingo.

Oficialmente, mañana habrá 2.790 ganadores, esto es, 335 alcaldes, 2.435 concejales municipales, dos alcaldes del Cabildo Metropolitano y del Alto Apure y 20 integrantes de los cabildos Metropolitano y del Alto Apure. Para cada uno de ellos, en su batalla personal, el triunfo se resume a obtener la mayoría de los votos en su reducto. Sin embargo, sabemos que en el día de mañana estará en juego mucho más que tales individualidades. Los dos principales movimientos políticos del país, el Polo Patriótico y la Mesa de La Unidad Democrática, estarán midiendo fuerzas en una batalla que tiene un significado simbólico tremendo, y que incidirá de manera importante en el panorama político del próximo año.

Entonces, es aquí donde la victoria la obtendrá quien se envista con el aura de triunfador en la mente del colectivo y para esto habrá tres aspectos fundamentales en la lectura de los resultados electorales: el número de alcaldías conquistadas y su relación con el número obtenido en 2008, el tipo o importancia relativa de estas alcaldías y el número de votos alcanzados a nivel nacional.





En cuanto al número de alcaldías en manos de cada fracción, existen pocas dudas de que el oficialismo obtendrá la mayoría. Sin embargo, la oposición logrará un crecimiento con respecto al resultado de 2008, ya que todo apunta a que conquistará un mayor número de alcaldías que las obtenidas en aquella ocasión. ¿Cuántas? Pues sólo podemos hacer suposiciones, ya que dificulto que alguien haya podido realizar estudios en algo más que unos pocos municipios. En todo caso, pareciera que una conjetura realista no debería estar por debajo de 80 ni por encima de 120. He escuchado a personas que respeto hablar de un posible 150. Esto pareciera ser algo difícil de alcanzar para la oposición.

El segundo aspecto es la cualidad de las alcaldías conquistadas. El oficialismo debe obtener la gran mayoría en los municipios de menor cantidad de habitantes. La oposición, por su parte, se hace más competitiva dentro de los municipios más poblados. Ahora bien, existen las llamadas “joyas de la corona”, es decir, municipios emblemáticos por su importancia estratégica en la dinámica social, política y económica del país. Hace mes y medio, la mayoría de estos municipios parecían estar en manos de la oposición. Hoy, algunas de esas brechas se han cerrado y hay casos en los que podríamos ver finales de fotografía.

El tercer aspecto es el número total de votos que alcance cada una de las fracciones. El resultado de ese balance ha cobrado en la imaginación de las personas una importancia mayor a lo que en realidad merece. En unas elecciones municipales inciden en la decisión del voto, factores que van más allá de la importancia y presencia de los liderazgos nacionales, aunque aquí ellos también jueguen un rol lejos de ser desdeñable. Asimismo está el factor de la abstención, que en este tipo de comicios suele ser más elevada que en procesos presidenciales y un desbalance entre la magnitud de la participación entre fracciones es más posible, como pareciera lo será este domingo, ya que si nos guiamos por los estudios que nos muestran una menor propensión a votar por parte de los opositores. Decir entonces que el total de votos de mañana indica que fracción sería mayoría en una elección presidencial, es en realidad algo engañoso. Sin embargo, no tengo la menor duda de que quien resulte vencedor en este aspecto, reclamará lo propio para sí. Basados en los estudios, no tenemos la menor duda de que una elección presidencial sería en estos momentos algo muy reñido. Mañana, no obstante, el total de votos puede favorecer al oficialismo si la tendencia abstencionista opositora observada en las investigaciones se materializa.

 

Félix L. Seijas Rodríguez