Aparte de las cuentas de votos, la Oposición tiene algo que celebrar tras las elecciones municipales. Los rojos no las tienen todas consigo y el monolito colorado no es tan sólido.
Estimados lectores, en términos militares se puede afirmar que con el año terminó una batalla, pero la guerra continúa intacta. Ambos bandos se declararon triunfadores el 8D y así nos vamos todos contentos a las duchas hasta el año entrante disfrutando de una etérea “victoria”. Los partidarios del régimen dicen que ganaron aunque perdieron más de un millón de votos y casi medio centenar de alcaldías. La oposición dice que ganó al lograr controlar más alcaldías que antes y que la suma de los votos de la MUD mas sus aliados y los votos de disidentes del PSUV suman 5.268.828 electores superando a los oficialistas. A esta afirmación salta al ruedo Maduro alegando que el PSUV y el PCV sacaron más votos porque la MUD no puede sumarse los votos de los disidentes oficialistas. Total todo el mundo estará contento en estas Navidades. Cada uno está feliz con sus propias cuentas, mientras recuperamos energías y afinamos estrategias para los próximos combates políticos entre la democracia y el comunismo.
En verdad, aparte de las cuentas de votos, la oposición tiene algo que celebrar. La coalición formada por un conjunto de movimientos, partidos e intereses dispares logró mantener la unidad pese a las pujas internas. Eso es normal en democracia. No somos un partido de pensamiento único, dirigido por un grupo inamovible de enchufados como nuestros adversarios. Somos una fuerza pujante con ideas y ganas de luchar, pero con muchas cosas por mejorar y corregir.
Los rojos no las tienen todas consigo. El monolito colorado no es tan sólido. Sus dos alas más poderosas, la militar y la civil, se ven con recelo y están unidas en un matrimonio de conveniencia que puede romperse en cualquier momento. Adicionalmente, ambas alas están divididas en comunistas y no comunistas. En las alas civil y militar, los comunistas son minorías pero son muy activas, bien organizadas y financiadas además de estar dirigidas a remoto desde Cuba.
La fuerza de los rojos está en el control de la renta petrolera que les ha permitido apropiarse de muchas empresas privadas, incluyendo a la mayoría de los medios de comunicación social. Con este claro ventajismo han logrado establecer una obscena hegemonía comunicacional que aun así no les permite captar ni a la mitad del electorado. El control abusivo de los fondos del Estado, de los cuales el régimen se apropió ilegalmente de mas de la mitad de los ingresos en dólares, les ha permitido fortalecer la intervención del régimen sobre la economía debilitando a la sociedad civil.
Con esos recursos que pertenecen a todos los venezolanos los rojos han armado un gobierno obeso e ineficiente dirigido por enchufados perpetuos. Estas sanguijuelas rotan sin vergüenza fracasando de cargo en cargo como si estuvieran en un carrusel. En el proceso los rojos han arruinado a PDVSA, han agotado las reservas de divisas, han multiplicado exponencialmente el endeudamiento y, por su incapacidad, han espantado a las fuentes de financiamiento externo. En medio de este desguace financiero los comunistas roban y subsidian a otros países de su misma cofradía política, sin rendir cuenta mientras el país se desangra. Esta historia no va a terminar bien y estamos girando la última curva.
La fuerza de la Oposición no esta en su fragmentaria cohesión, ni en sus ricas alforjas. e incluso ni en su liderazgo. Nuestras ventajas están en la rigidez marxista de los Castro, la ineptitud de Maduro y especialmente en el terremoto económico que se avecina el próximo año. Esa sumatoria de amenazas se imbricará a corto plazo, formando una tormenta perfecta que debemos aprovechar. Para ello nuestro liderazgo debe prepararse y hacer algunos cambios indispensables.
No hay espacio para enumerar todo lo que debe hacerse y cada quien tiene sus temas favoritos e ideas fijas. Yo comenzaría por reestructurar en enero la MUD, renovar su liderazgo dándole plazos a sus mandatos e incorporando a ONG’s valiosas como Súmate, Esdata y Voto Limpio, entre otros, a la asesoría técnica de ese organismo y las relaciones con el CNE. El monopolio de La Colina en esos menesteres es un talón de Aquiles que debemos corregir y un caballo de Troya que hay que neutralizar si de verdad aspiramos a derrotar a los comunistas que infiltraron a la MUD. Adicionalmente exigiría el nombramiento de un nuevo CNE balanceado. Dos chapistas, dos opositores y un independiente escogidos de planchas presentadas a la AN es lo indicado. La oposición no puede seguir representada por un masista del Grupo La Colina.
Lo que nos viene encima el próximo año es fuerte y necesitamos todas nuestras energías para esa dura lucha que se avecina. Entretanto el G2 sigue hackeando mi blog lo cual indica que algo debo estar haciendo bien. Descansen y disfruten estos días navideños en unión de su familia. Este es mi último artículo de este año, agradezco su apoyo a mis fieles lectores y les deseo un feliz año 2014.
@GenPenaloza