Lo que pasó, lo que es y lo que viene por @RoderickNavarro de @VFutura

Lo que pasó, lo que es y lo que viene por @RoderickNavarro de @VFutura

Sin haber pasado ni un mes de haber escuchado el canto de fraude del candidato opositor, me dispuse a alzar mi voz fuera de las fronteras de Venezuela para denunciar tal elemento. Recuerdo que, hasta en la OEA, Chaderton terminó abucheado por tratar de evitar que lleváramos nuestro mensaje, que era claro: el régimen de Maduro es ilegítimo. Recuerdo haberme encontrado con venezolanos en Miami y haberles dicho: “la MUD ganará tiempo para legitimar a este régimen con las elecciones municipales, a final de año, con el mismo CNE”. –Recordando a los incrédulos, hoy puedo escribir en mi diario de guerra que teníamos -Y TENEMOS- razón.

El 8 de diciembre se demostró que el mayor agregado de venezolanos rechaza a la MUD y al PSUV, como alternativas políticas para cambiar a Venezuela. Con todo y el habitual fraude, el PSUV y la MUD no pasan cada uno de 30% de representatividad en la totalidad del padrón electoral. Este domingo fue un incipiente día de desobediencia civil.

Desobediencia, sí, porque los que no votamos compartimos una idea: votar es legitimar al sistema político decadente, en este contexto. Para nosotros, no es normal que un tipo con doble nacionalidad y que se haya robado unas elecciones -con un CNE bajo su mando- esté en el poder; como tampoco lo es que el líder “opositor” lo haya permitido. No creemos que se pueda dialogar con delincuentes que han entregado nuestra Soberanía al comunismo, a-la-Cuba; –no creemos en esos diálogos, que son como los de un martillo con su yunque.





El domingo se hizo sentir que somos más los que rechazamos esta conchupancia tan perversa. Somos más que la MUD. Somos más que el PSUV. Eso ahora lo reflejan los números.

La concepción de partido político que hoy se tiene en Venezuela, fenece. La forma acostumbrada de hacer “política” está moribunda, y sin esperanza de vida. Se reduce la posibilidad de su existencia en el futuro, pero esto no quiere decir que desaparezca.

Una nueva amenaza, en el marco del rediseño de la oposición oficial, está gestándose. Como en este año que viene no hay circo electorero -hasta nuevo aviso-, entonces proponen realizar una “constituyente”. Lo que es más terrible: no solamente se afianza la presencia de los cubanos en la Fuerza Armada de la (ex)República y en todo el aparato del Estado, sino que se lleva adelante el proceso de legitimación ¡con el mismo CNE! ¿Acaso no es demasiado cinismo?

Al mismo tiempo, los resultados de todo esto son para el mundo motivo de burla y pena ajena, y de absoluta vergüenza para nosotros: luego de 7 meses se ha juramentado, en la Plaza Bolívar, el presidente que es -para nosotros al menos sigue siéndolo- ilegitimo; legitimado por los mismos que así lo habían declarado en abril (para nosotros ya lo era desde el 10 de enero). El procónsul cubano-comunista es oficialmente el “PRESIDENTE CONSTITUCIONAL”. Con esto ya no pueden decir que se robó las elecciones, que hizo fraude; mucho menos pueden decir que esto es Dictadura; ¡sería OTRO contrasentido! –Moraleja: entre izquierdistas no se pisan la manguera.

La actitud de los paraguayos es una muestra de que ya no se confía en la palabra de la MUD: no reconocían hasta esta semana a Maduro y ahora, pasada la página, el régimen entrará plenamente al infame MERCOSUR.

El precio de “pasar la página” fueron espacios de poder para los “adversos”. Qué buena fiesta la del plebiscito; todo el mundo se fue feliz con su cotillón a casa. La cúpula politiquera –de todos los colores de rojo– es bastante solidaria y fraterna; mientras siguen dándose la mano y las tres palmadas en el regazo, el enfrentamiento ocurre dentro de las filas de los que adversan a este régimen, –confundidos, muchos defienden sin remedio lo que existe.

Somos oposición radical al PSUV. Somos oposición radical a la MUD y a su generación de relevo. Nuestro rol es, hoy, el de develar el trabajo en equipo que estos actores realizan manteniendo al sistema político decadente; porque el tiempo todavía nos está forjando con la dureza necesaria como para decirle a Venezuela que estamos listos para asumir las riendas de su Historia.

En este sentido ha comenzado una nueva etapa de la guerra. Sí, una guerra en la que vamos a vencer. Una guerra en la que nuestro enemigo es el socialismo en todas sus facetas. Una guerra en la que NO aceptamos ambigüedades ni ligerezas: o se está a favor de la Libertad, o sencillamente se está con ellos. Esta es una conspiración en varias partes del territorio: silenciosa y peligrosa para el sistema político decadente, y mortal para el proyecto comunista continental.

Cuando venga el momento de instaurar las comunas no le asombre que le pidan a usted participar, porque “como demócratas, no se dejan los espacios vacíos”.

La MUD no es mayoría. El PSUV no es mayoría. Mayoría somos los que estamos hartos de esto.

 

Aut Libertas aut nihil.

 

Roderick Navarro