Marta Colomina: Hoy peor que ayer. ¿Y ahora qué?

Maduro es un saqueador de la voluntad del pueblo venezolano. Como a todo comunista, las elecciones son simulacros para eternizarse en el poder con un barniz “democrático”, pero cuando las pierden, arrebatan. Recién conocidos los resultados de las municipales en las que claramente la oposición ganó las ciudades más grandes y emblemáticas, Maduro nombró inconstitucionalmente alcaldes paralelos, como ya lo había hecho Chávez contra Antonio Ledezma, y el propio Maduro contra el gobernador Capriles en Miranda, donde creó una corporación para el perdedor Jaua, a través de la cual se esquilman cuantiosos ingresos que corresponden al estado y al pueblo mirandinos.

El saqueador ya nombró a dedo como alcalde paralelo al perdedor del Psuv en la Alcaldía Metropolitana, Ernesto Villegas; en el Municipio Sucre, al derrotado Potro Álvarez y en Maracaibo al rechazado Pérez Pirela, violando así la voluntad popular expresada tan accidentadamente en las urnas, al convertir la elección en una farsa. Quizá Maduro nombre a otros intrusos: en Barinas, cuna de su dios elevado a los altares del chavismo y en Maturín, terruño del gerifalte del Psuv, herida que, por mucho triunfalismo que paguen nacional e internacionalmente, los “revolucionarios” tendrán largo tiempo abierta.

Inquieta la mudez opositora en protestar las múltiples irregularidades del 8D. Quizá muchos piensan que la denuncia de fraude del 14-A es culpable de la abstención del 8-D, opinión que la cronista no comparte. Si así fuera tendríamos que aceptar callados las trampas continuas a que este CNE rojo nos tiene sometidos: 11.700 violaciones del Reglamento Electoral por parte del oficialismo fueron registradas en el municipio Libertador. En Chacao la mayoría de las máquinas llegaron con la fecha cambiada y funcionarios y miembros de mesa seleccionados por el CNE, no aparecieron. El acucioso Ramón Muchacho -hoy ya juramentado como nuestro alcalde- daba parte al medio día del 8D del retraso en la apertura de las mesas; falta de operadores de OSI en diferentes centros y de numerosas máquinas dañadas Pero lo más grave, no es el abandono del CNE de su asistencia técnica a los centros “no chavistas”, sino el casi medio millón de votos nulos, a todas luces planificado por el CNE. El estadístico Félix Seijas, presidente del IVAD, mostraba su extrañeza a El Universal sobre “un número tan alto de votos nulos que, sin lugar a dudas, más allá de que pudo haber sido un error mecánico o un problema de información al elector, los expertos tendrán que analizarlo y ver qué ocurrió”. Cita: ¡Oh, casualidad! El altísimo número de “66 mil votos nulos para la Alcaldía Metropolitana”. A la cronista le ocurrió que al presionar “Todos” solo salía el nombre del alcalde y no de los concejales. ¿Cómo explicar, si no por la manipulación del CNE de los votos nulos, que Cocchiola y Ramos hayan ganado cómodos las alcaldías de Valencia y Barquisimeto y el Psuv se haya alzado con la mayoría de concejales? El CNE no instruyó durante la corta campaña electoral sobre cómo votar, como reportan los observadores de Unasur sobre la escasa presencia y capacitación del personal del CNE en los centros (su ausencia afectó el “acceso al voto”) y la poca información al electorado de sobre “cómo votar”.





Maduro ha mentido diciendo que ganó las municipales y el plebiscito (entre los votos opositores, los de la disidencia chavista que ganó 10 alcaldías e independientes, sobrepasan al chavismo en cerca de 400 mil votos) y miente al decir que ganó Miranda (495 mil votos rojos y 586 mil opositores). La colega Sebastiana Barráez aclara que Rubio y Táriba, del Táchira, fueron ganadas por la oposición y no por Maduro, como éste dice. Fueron 49 los municipios del chavismo que pasaron a la MUD y de ellos, 7 ya están perseguidos por Maduro: bien porque nombró alcaldes paralelos o porque les quitó competencias, como está haciendo en Valencia.

A pesar de estos logros de la oposición, hoy estamos peor que ayer: Sufrimos la rapacidad del régimen a través de los alcaldes paralelos, su obsesión por las comunas, la guerra contra la propiedad para instaurar el castrocomunismo y sin medios de comunicación audiovisuales abiertos a las ideas democráticas. La dolorosa experiencia del 8D debe convencer a la MUD que con solo elecciones manipuladas, que concluyen con un arrebatón dictatorial de los espacios conquistados con nuestro voto, nunca reconquistaremos la democracia. Urge un cambio de estrategia y fortalecer nuestro liderazgo. Si seguimos así, ningún demócrata seguirá pensando que merece la pena ir a votar para que su esfuerzo sea arrebatado por tan miserables filibusteros. 

(Regreso, Dios mediante, el 19-01-2014).

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