Cinco razones para no amenazar a tus hijos con los regalos de Reyes

Cinco razones para no amenazar a tus hijos con los regalos de Reyes

La Navidad es una época llena de clásicos: los villancicos, el anuncio de la Lotería, los polvorones, el turrón blando, el duro, visitar los lugares más bonitos de la ciudad para ver la decoración navideña, las cenas de empresa, los buenos deseos y la sempiterna amenaza: «¡Si no te portas bien los Reyes Magos no te traerán nada!». abc.es

Si es usted progenitor de niño en edad de creer y se reconoce en esa frase, sepa que no es adecuado utilizar este tipo de amenaza desde el punto de vista educativo y pedagógico. Por dos motivos: los padres saben que esa amenaza no la va a cumplir (de hecho, la mayoría de las veces que realizan esta advertencia ya tienen comprados los regalos de Reyes) y, desde luego, amenazar no es un buen método para educar. De esta forma, los padres no van a lograr educar a su hijos. Sólo conseguirán que el niño disimule para conseguir el regalo, pero no porque haya interiorizado por qué no se hacen las cosas mal.





«El hecho de utilizar la figura de los Reyes Magos como estrategia para gestionar conflictos o controlar y modificar el comportamiento de los hijos ha sido muy utilizada en muchas familias a lo largo de varias generaciones», como explica Mónica Serrano, una experta psicóloga de la Pedagogía Blanca, una corriente educativa que tiene cada días más adeptos y que busca siempre educar desde el respeto para establecer desde el principio relaciones sanas y fructíferas entre padres e hijos.

Por qué no utilizar la amenaza

Y esa estrategia que muchos padres han aprendido cuando ellos eran niños, suelen volverla a utilizar con sus hijos cuando se ven sobrepasados por situaciones complicadas, indica Mónica Serrano. Sin embargo, esa estrategia no es positiva ni beneficiosa para el desarrollo del niño. Estos son los motivos que expone la piscóloga para no utilizar más esa amenaza:

—Cuando se amenaza al niño con el hecho de que los Reyes no le traerán regalos como consecuencia de su comportamiento se está tratando de regular dicho comportamiento en base al miedo, al castigo, a una consecuencia externa.

—Este método de gestión de conflictos no es beneficioso porque cuando un niño aprende a actuar en función de condicionantes externos pierde la posibilidad de desarrollar las estrategias personales y sociales propias que le permitan adquirir su propio criterio, capacidad de autocontrol y confianza en sí mismo.

—Cuando se enseña al niño a comportarse de un modo o evitar otro para conseguir un refuerzo material (los regalos de los Reyes, en este caso), se le está transmitiendo al niño un valor orientado a los bienes materiales y al consumo.

—Las buenas acciones se estarían premiando con objetos de consumo y este valor orienta al niño al materialismo y al consumismo como estrategia de autovaloración y como medio de obtener satisfacción.

—La amenaza de que los Reyes no traerán regalos a los niños que no se comporten como sus padres desean es una amenaza que, generalmente, no se cumple. Por tanto, se está haciendo creer al niño en la posibilidad de una consecuencia que no se va a producir. De esta manera, la estrategia de controlar el comportamiento de los niños en base a una consecuencia falsa es incoherente y contradictoria, lo cual, como método educativo es absolutamente negativo.

Además, Serrano explica que «la creencia en los Reyes Magos es transitoria. Tarde o temprano, todos los niños descubren que quienes dejan los regalos la Noche de Reyes son sus padres y otros familiares. Con este descubrimiento, los niños toman conciencia de la falsedad la estrategia utilizada para regular su conducta por parte de sus padres».

Por todo ello, la recomendación de la psicóloga es «transmitir a los niños una idea positiva de los Reyes Magos, beneficiosa para el desarrollo de su autoestima, la potenciación de su imaginación y su creatividad y la confianza en sí mismos y en el mundo que les rodea». Para ello, «los Reyes —recomienda Mónica Serrano— pueden conceptualizarse como unos seres mágicos, buenos, que hacen regalos a los niños por el mero hecho de ser niños, porque desean su felicidad y su ilusión de manera incondicional».

Así que recuerde, si va a usar esa amenaza en los próximos días, que sepa que no le va a servir de nada.