José Vicente Carrasquero: 2013: ¿Crecimiento y victoria?

José Vicente Carrasquero: 2013: ¿Crecimiento y victoria?

Entre los elementos que ayudan a explicar la pérdida del favor popular que sufrió la clase política que gobernó hasta 1998, encontramos su afición a la mentira además de pensar que hablaban con ignorantes incapacitados para darse cuenta de la diferencia existente entre la situación que se vivía y la que la dirigencia quería presentar. En su alocución del 24 de diciembre, Nicolás Maduro nos habló de una Venezuela que no coincide con la percepción que de ella tiene la mayoría del pueblo.

Si hubo crecimiento en 2013, fue de aquellos problemas que los venezolanos quieren superar. Por ejemplo, vimos un crecimiento brutal de la escasez de productos básicos en la dieta de los venezolanos. Rubros como la leche, la azúcar, la harina de trigo y el pollo brillan por su ausencia en los anaqueles y neveras de mercados y supermercados. Las colas para comprar se han hecho parte del suplicio que ha condenado la calidad de vida de los ciudadanos a estar catalogada entre las peores del continente. Por debajo de Bolivia y a niveles de Nicaragua o Haití.

Los venezolanos han sido expropiados de su capacidad de decisión. Todo pasa por las manos de un aparato obeso y de movimiento parecido al de la aguja pequeña del reloj. Y esto es porque lo otro que creció en nuestro país fue el control. Sin estar todavía convencidos de que los problemas que sufre nuestra economía son por la manía del gobierno de querer controlarlo todo, deciden que lo que hace falta son precisamente más controles. Y se inventan la historieta de la guerra económica. Para combatir enemigos invisibles. Para decir cosas absurdas como que nos quieren quebrar para luego invadirnos. Se usa la triste retórica cubanoide que ha mantenido a los ciudadanos de esa isla sumidos en la peor de las miserias. Lo cierto del balance de esta “guerra” es que el dólar paralelo goza de inmejorable salud y que la escasez se ha hecho presente ahora en sectores donde antes no había problemas.





Ha crecido en Venezuela la ausencia de materiales indispensables para la construcción. Hacerse de un saco de cemento es misión imposible para los mortales que no pueden asumir los costos de la matraca que aplican las mafias que controlan estos insumos. Las empresas que procesan acero para hacer latas tuvieron el peor cierre de año de la historia. Maquinarias y obreros parados por falta de insumos que deben venir de la siderúrgica. Esta última, en manos del gobierno no hace más que consumir los dólares a los que los venezolanos no tenemos libre acceso, sin los esperados niveles de producción.

Otro fenómeno en franco crecimiento es el crimen. Ya no solo tiene que ver con la vergonzosa y escandalosa cifra de asesinatos que supera con mucho los 22mil, sino que se suman el tráfico de drogas, la presencia de grupos armados que ejercen control de amplios sectores del territorio nacional, el secuestro, el robo de todo tipo de vehículos y todos estos males que aquejan a nuestra sociedad. Ante esto el gobierno simplemente no tiene otra respuesta que no sea la de silenciar a los medios y tratar de impedir que se conozca esta tenebrosa realidad.

El crecimiento está en el deterioro de la calidad de vida del venezolano. Que un millón de los 30 que somos viaje, no es de ninguna manera indicador de bienestar de la sociedad en su totalidad. Son muchos más los que hacen colas por comida, son muchos más los que sufren por los apagones, muchos más los que sufren los embates de la incapacidad del sistema de salud para brindar un servicio de calidad. Sugerir el número de viajeros como medida de bienestar no puede calificarse de otra manera que como una estupidez. Tienen que pensar los que usan este argumento peregrino en los que no pudieron viajar y en los que simplemente no pueden hacerlo por falta de condiciones económicas.

La victoria es para la indolencia de una clase política que en su deseo de mantenerse en el poder usa los mismos argumentos del pasado. La victoria es para los que se han enriquecido a costa del erario público y que hoy se transportan en sus aeronaves privadas. La victoria es para las mafias que controlan cada vez más las industrias estatizadas en su propio beneficio. La victoria es para la revancha política como mecanismo para mantener a los venezolanos en una lucha fratricida. La victoria fue para quienes evitaron que se hiciera una verificación de los resultados electorales que no dejara, como en efecto lo hizo, sombras de duda.

Esta es la antesala de lo que pronosticamos en el artículo anterior. Por este camino, sino hay la debida rectificación, el 2014 será un annus horribilis. Ciertamente que deseo que quienes gobiernan hagan todo lo posible para decirme, en un año, que estaba equivocado.

@botellazo