El año 2013 fue sin duda el más noticioso y convulsionado de la última década. La muerte del presidente Hugo Chávez marcó el acontecer político del país que debió escoger un nuevo Presidente a escasos seis meses de haberse realizado la elección. Nicolás Maduro asumió el poder con legitimidad cuestionada desde el punto de vista jurídico y electoral, pues su candidatura fue posible gracias a una polémica decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que le permitió ser candidato mientras ejercía como Presidente encargado, contradiciendo el artículo 299 de la Constitución, y posteriormente fue proclamado ganador con un ventaja de apenas 1,4 por ciento. laverdad.com
Sin embargo, la crisis económica arropó el tema político. El año comenzó con una devaluación de 46 por ciento que anunció Maduro en nombre de Chávez, quien se encontraba en grave estado de salud en Cuba. Los controles de precios y la escasez de divisas derivaron en el más alto desabastecimiento de productos de la cesta básica de la era chavista, así como la inflación más alta y la más fuerte caída de las reservas internacionales.
Los descuentos impuestos por el Gobierno a los comercios produjeron una vertiginosa merma en los inventarios que auguran mayor escasez para el próximo año, en el que se espera otra devaluación oficial, pues ya se devaluó el dólar para negociaciones con oro, petróleo y turismo a una tasa de 11,30 Bs. y, de acuerdo a lo anunciado por el Ejecutivo, se concretará también el tan postergado aumento de la gasolina.
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