Alexander Guerrero E.: Francesco y la teología de la Liberación rediviva

Francesco y la teología de la Liberación rediviva: La economía en el Evangelii Gaudium

 

 





 

El inicio: Dios o el Pan

Hace tres meses el Papa Francesco, recibía en el Vaticano a Gustavo Gutiérrez, un sacerdote dominico, conocido por ser padre de la Teología de la Liberación. La discusión ente ambos, desde luego que no tenía nada que ver con los sucesos venezolanos, a propósito del viaje de Maduro en visita al Papa. Francesco también varias semanas después en un acto de formalidad vaticana, recibiría a Henrique Capriles, en un viaje que catalogaría sin pena ni gloria, más en una formalidad política del Vaticano, el cual después de todo funciona como un Estado, siendo simultáneamente el centro político y teológicamente dominante de la Iglesia Católica.

La discusión con el Padre Gutierrez, a juzgar por el contenido de su exhortación apostólica Evangelii Gaudium puesto en circulación por el Vaticano hace apenas unas semanas, era obvio, tendría que ver con lo que Gutierrez representa, el fundador y creador de la Teología de la Liberación. Es evidente que colocando de lado el parafraseo, el exhorto nos devela un Papa con una interpretación de la Teología de la Liberación similar a la de Gutierrez, en sus palabras Francesco comparte y en el exhorto manifiesta de manera un concepto vital en las tesis de Gutierrez de la Teología de la Liberación que aquel centra en su conocida tesis de la justicia social y la pobreza y cito a Gutierrez “…yo deseo que el hambre de Dios permanezca; y que el hambre de pan se haga resolver..…hambre de Dios si, hambre de pan, no”.

Pobreza y Justicia Social: El credo entre la ideología y el dogma

La representación ideológica de este criterio sobre la “pobreza y la justicia social” –mis comillas- acompañaría en adelante la mayoría de documentos del Foro de Sao Paulo. Hago la cita porque el marxismo sincrético latinoamericano se ha enriquecido en su discusión del concepto de pobreza y justicia social del credo de la Teología de la Liberación, dejando algo de lado, el concepto político de pobreza que utilizaran Marx y Engels en el Manifiesto Comunista.

La noticia sobre la visita nos trae informaciones al respecto del pasado cercano, que el Padre Gustavo Gutiérrez había sido conminado por la Congregación de la Doctrina de la Fe, presidida por el Cardenal Ratzinger, quien como Papa Benedicto, sucedería a Juan Pablo II, a discutir algunos aspectos de su tesis de la Teoría de la Liberación. Recordemos que el papado de Juan Pablo II desterró prácticamente la Teología de la Liberación. Imaginamos la alergia contra el marxismo que en su larga lucha contra el comunismo en Polonia y en Europa Oriental socialista, alcanzó Wojtyla. Juan Pablo II fue unos de los factores determinantes en la caída del comunismo en Europa Oriental.

En relación a las consideraciones teológicas y que el Cardenal Joseph Ratzinger, duro crítico de la Teología de la Libración y un prominente teólogo “oficial”  quien centro su lucha teológica ante la Compañía de Jesus -Jesuitas- de Brasil dada la fuerte tendencia de ésta a mezclar el análisis marxista de la pobreza con el evangelio. La crítica se dirigía particularmente sobre los conceptos de lucha de clases que era acotada para fundamentar el rol de la Iglesia en su visión de la pobreza y la justicia social; lo cual, era una concepción incompatible con el evangelio, según Ratzinger.

Evangelli Gaudium y la Teología de la Liberación

Fue precisamente este, ahora como Benedicto quien diera paso a Francesco y este quien al parecer y siguiendo letra y espíritu en su exhorto Evangelii Gaudium diera vida a la Teología de la Liberación. Francesco rápidamente en respuesta y en su defensa ante el catolicismo americano, declaró en crítica al marxismo, pero al tenor de sus palabras poco convincente. Lo interesante del exhorto Papal, especie de mini-encíclica, lo constituyen más adelante, esta vez velada, una dura crítica al capitalismo y a la economía de mercado, en los mismos conceptos de hace décadas cuando en pleno apogeo del socialismo y el marxismo, amplios sectores del catolicismo, dominicos, franciscanos y especialmente jesuitas, arreciaron en crítica al capitalismo lo que los llevo a coincidir con los dogmas más preciados del marxismo. Latinoamérica, católica por cultura e historia sería el centro de muchas de esas grandes batallas. La influencia ideológica en esos desarrollos la traería el invitado de honor de Francesco hace dos meses en el Vaticano, el padre dominico Gustavo Gutierrez.

Pero, qué es la Teología de la Liberación y qué nos trae el exhorto Papal Evangelii Gaudium? Las nuevas generaciones han crecido a la sombra de los grandes debates ideológicos que caracterizaron el auge del capitalismo de la post guerra y de la decadencia del socialismo. La discusión, quizás algo rezagada en América Latina, con la excepción de Venezuela, único país en el área que se le ha ocurrido la aventura de un camino hacia un socialismo sincrético, nacido de las penumbras ideológicas del Foro Sao Paulo; el exhorto Papal nos trae parte de ese socialismo sincrético que en los 60 y 80 nos postuló la Teología de la Liberación.

Es importante acotar que el actual Papa, el Padre Jorge Mario Bergoglio nunca estuvo identificado abiertamente con el cristianismo militante de los jesuitas del área, siendo el Mayor Jesuita de Argentina. Sin embargo, tengo que adelantar que el Papa en sus primeros meses ha abrazado a los pobres y el concepto de justicia social que en Argentina tiene nombre y apellido, en la mejor tradición del rancio peronismo. Por ello no es difícil encontrar en el actual Papa fuertes resabios comunes al populismo, una condición política muy arraigada en estos lares y desde luego ascendiente con el peronismo argentino.

La economía: marxismo y evangelio en la pobreza

El caso toma consideración política en el tratamiento de la pobreza, donde ésta sería una consecuencia directa de la existencia de los ricos, concepto que sirvió de conexión entre la Teología de la Liberación y el marxismo latinoamericano de la décadas entre los 60 y 90, la coincidencia ideológica entre los marxista y los teólogos de la liberación fue la distribución de la riqueza entre el patrón y campesinos y obreros.  Ese fue un periodo de la historia latinoamericana que significó el auge del comunismo, movimientos guerrilleros, en algunos de ellos con destacada participación de sacerdotes, en un juego político que trajo también el asesinato de sacerdotes que apoyaban movimientos guerrilleros.

Esa conexión entre marxistas y católicos, particularmente jesuitas, fue fuertemente criticado por Ratzinger, cuando era jefe de la Congregación de la Fe antes de ser elegido Papa Benedicto,  por constituir criterios políticos abrazados por el marxismo latinoamericano y en fuerte contradicción con el evangelio. Ciertamente, y con la insurgencia del Foro de Sao Paulo se conoció la presencia de documentos suscritos por religiosos católicos en la configuración de su estrategia política, pareciera que hemos vuelto, pero por caminos más sincréticos a la Babel ideológica entre el marxismo sincrético latinoamericano encabezado por Cuba y Venezuela y el catolicismo, ahora presentado en la reconquista de los pobres, en ruta al Reino de Dios por el exhorto de Francesco.

Correlación muy presente no solo en el comportamiento diario de Francesco,  sino en sus documentos oficiales, y entre ellos, el que motivó esta nota, el  Evangelli Gaudium, en el cual en la parte económica considera como génesis de la pobreza a la economía de mercado, al capitalismo y al individualismo. En ese sentido, no logro separar la crítica de Chávez al capitalismo y al mercado de lo que nos escribe en su exhorto eclesiástico Francesco.

El capitalismo, la mano invisible y los mercados causantes de la pobreza!

Fenómeno que hay que conectar con el avance de las iglesias evangélicas en América Latina, por ejemplo, las cuales han tenido una aproximación a la pobreza distinta a las que hoy nos presenta la Teología de la Liberación rediviva. Los evangélicos –protestantes- enseñan a los pobres que la pobreza es un concepto relativo de la cual se puede salir con trabajo y esfuerzo y sobre todo con la liberación del instinto emprendedor, y el empuje del individuo. La consideración de la pobreza en el exhorto tiene sentido absoluto.

El catolicismo oficial que nos trae Evangelii Gaudium insiste en aquellos vetustos conceptos donde la pobreza es hija de los ricos y de un sistema injusto de distribución del ingreso y por lo tanto más fácil que un pobre entre al reino de Dios que un rico pase por el ojo de una ojiva, especie de círculo vicioso en  la pobreza, donde el ser pobre lo acerca a uno a Dios, por lo que la Iglesia debe hacer lo que Lucas dijo y cito al Evangelii Gaudium de Francesco, “…habrá más gozo en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por  noventa y nueve justos que no necesitan convertirse…» (Lc 15,7)”.

El mensaje es claro, para llegar al cielo debes ser pobre, algo muy prolijo en las prédicas de Chávez quien durante años en su cruzada contra los ricos y el capitalismo, terminó clásicamente en un esquema para crear más pobres de los que ya teníamos, como aquella política oficial según la cual los pobres son los mejores clientes de una revolución hecha en su nombre. Giordani dixit. Por cierto que la cita de Francesco a la “mano invisible”  se agrega a la errónea interpretación de esa frase de A. Smith, ya que este la utiliza solo para referirse a la avaricia del  señor feudal que utilizando una especie de “mano invisible” reparte los bienes que sus siervos  producen para él.  Como sabemos, Smith era consistente contra el feudalismo y el mercantilismo, y en favor de la economía de mercado, como él la llamaba.  En la acotación sobre la “mano invisible” en su exhorto, Francesco comete el mismo error de quienes se oponen al capitalismo y a la economía de mercado, no comprendiendo que Smith se refería a la “mano de Dios” en su crítica del mercantilismo y feudalismo.

Juan Pablo II: Centecimus Annus, capitalismo, mercado y propiedad privada

Francesco en su exhorto centra su crítica al individualismo, a la espontaneidad del mercado, en otras palabras, al capitalismo, y a la distribución de la riqueza, es decir, nada nuevo de lo que por décadas nos propuso el socialismo, o el capitalismo de Estado, donde la mano visible del Estado interviene con fuerza en favor del pobre para terminar en un sistema altamente eficiente en crear pobreza. Es el mismo esquema teórico que por consecuencia no intencionada desarrolla un régimen socioeconómico que podríamos sintetizar en un concepto: socialización de la pobreza.

Más realismo mostro al respecto Juan Pablo II quien en su encíclica Centecimus Annus donde en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia leemos que se reconocía positivamente al capitalismo en cuanto fuera un régimen socioeconómico que promoviera el rol de la empresa, al emprendedor, del mercado, de la propiedad privada, la libre creatividad del individuo en la economía y sus libertades. Pero no; si fuese un sistema en el cual la libertad, en lo económico, no está regida por el estado de derecho. Como puede derivarse de esos conceptos Juan Pablo II no despachaba al “individualismo” como los hace Francesco en su exhorto, todo lo contrario

En su crítica a la economía de mercado y al capitalismo y sus instituciones, Francesco recurre a la convocatoria al Estado y a los políticos para la defensa y producción del “bien común”, dejando de lado que es precisamente esa relación entre la política y el “bien común” donde emerge y desarrolla la corrupción y todas las distorsiones que en economía aparecen en forma de precios, en la intervención del Estado en las cosas de la economía.

Economía, los mercados y el principio de Subsidiariedad

Francesco se limita en un documento de esa envergadura a una sola referencia al concepto de subsidiariedad cuando critica la corrupción, pero deja de lado que la violación del principio de subsidiariedad, de profunda raigambre cristiana, es más visible precisamente en esos regímenes que el propone, el del consenso entre políticos, el Estado y los grupos de poder e interés, y donde el ejercicio de la política se justifica y  se orienta en el mismo sentido de la propuesta al respecto expuesta por Francesco en el exhorto, a garantizar a los pobres el acceso al bien común.

La definición de bien común no es clara en el exhorto de Francesco, pero aproximamos que se refiere a salud, educación, seguridad y otros servicios públicos denominados erróneamente bien(es) común(es) y que en el extremo, por ejemplo, el chavismo en muchas áreas coincidente con lo que propone Francesco, los denomina derechos constitucionales, lo cual desde luego es una aberración constitucional, económica y política.

La hostilidad de Francesco contra la economía de mercado es tan evidente en su exhorto que adelantándose a las reacciones y críticas, el Papa se cura en salud, alegando que su posición no es ideológica ni política. No deja de ser curiosa esa apreciación de Francesco en Evangelii Gaudium, porque en la sección que refiere a lo económico expresa sus preferencias políticas y económicas en un fuerte basamento ideológico, con claridad y contundencia exhortando a la política como un ejercicio de caridad (Aristóteles creo que se revuelve en su tumba) para convocar a los políticos para asegurar el reparto del bien común. Francesco a todo evento nos está proponiendo, una de las tantas versiones del socialismo que se le han antepuesto en las últimas tres décadas a la economía de mercado.

En la medula del mensaje de Francesco

Una arraigada teoría económica, -Selección Publica- nos enseña que la política tiene sus costos  y que su racionalidad expresada en un mercado –el político- puede generar costos superiores a los beneficios que se pretenden, dado que un débil tejido institucional convierte a las instituciones en objetos de captura de renta para beneficio de corporaciones, políticas, económicas, sociales, etc.; como es el caso venezolano en estos años, donde todo ha sido puesto al servicio  de una revolución y de los intereses de sus co-mandantes.

Con esta nota, he querido comenzar una discusión acerca de la concepción de lo económico en Evangelii  Gaudium, exhorto episcopal de Francesco, particularmente cuando al compararla con lo económico de la Doctrina Social de la Iglesia de Juan Pablo II, el exhorto de Francesco representa un gran paso a la izquierda, y que a mi juicio su propuesta es el socialismo, pero viniendo del Santo Padre, Jefe religioso del catolicismo pudiera para algunos convertirse en un dogma de fe en virtud de la carga ideológica que en esta área de la economía expone el Exhorto Evangelii  Gaudium .

Economist, PhD. (London University)

Economia y Finanzas

www.alexanderguerrero.com

@AlexGuerreoE

 

“La diferencia entre un salvaje y un hombre civilizado, es que el salvaje, no conoce todavia el derecho de propiedad”.

Adam Fergusson, 1767:”Principles of Moral and Political Science” Scottish thinker of Scottish of Enlightenment

“Nothing distinguishes more clearly the conditions in a free country from those in a country under arbitrary government than the observation in the former of the great principles known as the Rule of Law”. F. A. Hayek

‘ An economist  who is only an economist cannot be a good economist’ Friedrich Hayek

“Austrian Economics is not a theory or an analytical instrumental created for the control of society, such as Marxism and Keynesianism are; on the contrary, is set to understand human action, his incentive structures, institutional environment and the way arbitrages rationalizes man’s  economic and social behavior” (AG).