El contrato de Miguel Cabrera es la prioridad de los Tigres de Detroit

A esta altura del invierno, lo que más urge para los Tigres podrían ser la situación del derecho Max Scherzer y, en menor grado, la del venezolano Miguel Cabrera.

El caso de Scherzer es diferente al de Cabrera. El lanzador de 29 años está elegible para arbitraje salarial una última vez y con eso en mente, puede esperar un aumento considerable de los $6.725 millones que ganó en el 2013.





Los peloteros elegibles para arbitraje pueden solicitar el proceso el 14 de enero. Los equipos y los jugadores intercambiarían propuestas de salario tres días después de eso. De no poder negociar un pacto, ambas partes irían a un mediador en febrero.

Hace un año, Scherzer, junto a su representante Scott Boras, no llegaron a un acuerdo hasta la primera semana de febrero, justo antes de una audiencia de arbitraje. Ningún jugador de Detroit ha ido a una audiencia de arbitraje desde que Dave Dombrowski llegó al equipo como gerente general en el 2002, pero Scherzer está entre los que han estado más cerca de hacerlo.

El historial de los Tigres con Dombrowski sugiere que ambas partes tratarán de evitar el arbitraje primero, y luego entrar en negociaciones para una extensión a largo plazo.

Las cosas son un poco menos urgentes en cuanto a Cabrera se refiere. Al toletero le quedan dos temporadas en su contrato de ocho años y US$152 millones que firmó en la primavera del 2008. Sin embargo, la importancia de Cabrera en el equipo hace que su situación sea crucial, algo reflejado en sus premios consecutivos al Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

Cuando “El Caballo de Maracay” firmó su contrato en el 2008, estaba a dos años de la agencia libre. Pero en ese momento, los Tigres no hubieran cambiado a seis prospectos a los Marlins por el maracayero si no tenían planes de darle una extensión a largo plazo.


Diferente a Scherzer y otros, Cabrera no tiene que preocuparse por el arbitraje. Su salario base tanto para el 2014 como el 2015 será de US$22 millones, sin incluir incentivos por premios. Pero eso no hace fácil su potencial extensión, sobre todo luego del contrato de 10 años y US$240 millones de Robinson Canó con los Marineros.