Sin embargo, la realidad es tangible y no factico, cuando aseguramos que la mayor ansiedad que tiene el venezolano común, sin lugar a dudas es lo difícil que se hace para él y sus familiares, la adquisición de bienes y pagar algunos servicios, adicional el problema desabastecimiento de productos y la escasez de alimentos de su dieta diaria, está respuesta emocional, también se potencia con la inflación, por cierto la más alta de América Latina y de los países petroleros, alcanzo el 56,2%. Para el premio nobel en economía, Milton Friedman, “la inflación se constituye es un perverso impuesto sin legislación”, en nuestro caso concreto este fenómeno asalta el bolsillo de todos los venezolanos sin distingo de clases, es decir, los devaluados bolívares “fuertes”, son necesarios para el gobierno de Maduro a fin de llenar los huecos fiscales del presupuesto nacional. La política económica populista/inflacionaria que vive Venezuela es una respuesta del modelo económico construido por la revolución bolivariana para mantenerse estratégicamente en el poder.
Este país, vive un clásico problema de crisis económica inflacionaria que América Latina conoció desde los años 70., no obstante, lo grave es un país petrolero es casi imposible que esto ocurra y de manera tan continua, por la riqueza del crudo, pero este es el resultado del abuso fiscal de los últimos 15 años, orientado a ganar elecciones presidenciales, regionales hasta municipales y algunas consultas de transformaciones políticas, económicas y sociales.
Evidentemente, este país atraviesa una crisis económica de grandes proporciones, Venezuela tiene una realidad petrolera comprometida y compleja, ya que su principal compañía generadora de divisas PDVSA, no está abasteciendo con suficientes dólares al Banco Central de Venezuela (BCV). Esta develado, Petróleos de Venezuela asumió enormes cuentas financieras como el pago de los cuantiosos préstamos con China, incluso suministra petróleo a precios preferencial a países Caribeños y parte de Latino América, además, transfiere decenas de miles de millones de dólares a fondos para ser operados en el exterior de manera estratégica para apuntalar sus diversos intereses.
Según los indicadores macroeconómicos nos estamos sumergiendo en situaciones tan confusas que nadie hasta estos momentos se atreve a dar un diagnostico irrefutable y preciso de nuestra situación. Por ejemplo, hay casos extremos totalmente inexplicables, en la década de los 70 un país de casi 18 millones de habitantes recibe un flujo de dólares provenientes de la renta petrolera de 130 mil millones de dólares, no solamente los gasta sino incurre en la locura de endeudarse por 33 mil millones de dólares con organismos financieros internacionales tales como FMI, BID, entre otros. En Diciembre de 1999 se estrena un nuevo gobierno apuntalado por su “ideología” del Socialismo del siglo XXI, esta nueva administración ha recibo gracias a los constantes incrementos en los precios del petróleo una suma que sobrepasa el Billón de dólares, ¿se repite la historia?, Venezuela se sigue endeudando ahora con el fondo Chino, Rusia y otros países, una deuda externa e interna supera más de 160 mil millones de dólares. Cuando Hugo Chávez llegó al poder, la deuda externa e interna no superaba los 34 mil millones de dólares, 15 años después dicha deuda asciende a más $160 mil millones de dólares. Otro de los aspectos preocupante son las reservas internacionales, es el depósito de divisas que permite las importaciones, pagar deuda externa y respaldar la moneda, desciende en el mes de Enero 2014 20.874 millones de dólares, no es un nivel crítico, pero, preocupante por sus continuas caídas.
Venezuela está empeñada con sus acreedores sin motivos válidos, sin ninguna necesidad real, sin haber podido realizar todas sus ambiciones de desarrollo económico articulado con políticas efectivas para combatir la pobreza.
Director de la consultora Hercon
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