Yo he sufrido ataques de asma desde niña. Durante la adolescencia disminuyeron pero ahora me dan de vez en cuando, aproximadamente una vez al año, y aunque generalmente cargo mi inhalador a todos lados me ha pasado que no lo tengo conmigo cuando me falta un poco el aire.
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Por eso este artículo me parece tan interesante: El New York Times publicó los hallazgos de un estudio que demostró una mejoría en personas con asma al tomar una taza de café. Resulta que la cafeína, al ser procesada por el hígado, produce un químico similar al que tomamos en la medicina para el asma.
En 2007 los investigadores recaudaron resultados de varios estudios y determinaron que la cafeína puede abrir un poco las vías respiratorias y otorgar un ligero alivio hasta por 4 horas. No es un sustituto de la medicina, pero si estás lejos de casa y empiezas a escuchar ese pillido en tu respiración no está de más tomarte un cafecito para calmarte y agarrar aire.
Curiosamente, para las personas que toman medicamentos contra el asma de forma constante no es recomendable que ingieran grandes cantidades de cafeína porque puede provocar efectos secundarios de los medicamentos.