Soy un twitterneitor por @incisos

Soy un twitterneitor por @incisos

La presión. Debe ser eso.

No consigo otra explicación para entender el motivo de semejante despropósito. Calificar, castigar, regañar, carajear, a los venezolanos que expresan sus ideas a través de las redes sociales es, cuando menos desproporcionado, injusto e incluso cargado de una falta de solidaridad absoluta.

Como ningún otro medio, las redes sociales se han convertido en el bastión de una sociedad hastiada de la polarización y con ella, de la desconexión absoluta entre la realidad y lo que acontece esferas arriba. En las redes se ventila desde el amor ciego, casi fanático, por los “líderes” políticos, hasta una inmisericorde queja por un partido de beisbol o fútbol que el equipo de casa no pudo ganar.





Las redes son un pueblo anárquico en la calle, sin gritos ni tráfico. Son virtuales, pero no por ello, menos humanas, menos reales. Qué hay extremos, si. Que hay locuras, si. También los hay en las acciones políticas; porque así es la vida; con altas y bajas, con desencuentros y coincidencias.

A veces parece que parte del liderazgo prefiere generar confianza, diálogo y acuerdos con quienes están negados de plano a ello, que con los personajes con quienes se tiene -al menos- objetivos comunes. Cosas de la política.

Las redes, en medio de su anonimato (del que no soy partidario) son una muestra representativa, en la escala que corresponda, de un país, de un sentimiento, de una tendencia.

El mundo actual se vive en las redes. Negarlo, es volver a esconderse en la supremacía de un liderazgo desenchufado del día. Negarlo es además apelar a las bondades de un medio solo cuando le son favorables a quien hoy los critica.

¿Cómo podrían catalogarse el “Vamos por ti” del 23N, o la campaña de intriga iniciada para que estuviésemos atentos a la difusión del primer (y único) audio que develaba la más nefasta seguidilla de corrupción del gobierno; o la otra; en la que se daba cuenta del prontuario de un nuevo inversionista de medios, a la luz de los señalamientos de hoy?

Los twitterneitors existimos, como existen los que van a la calle a protestar en Sidor, o mañana frente a Cadivi. De hecho, muchos de esos que salen a protestar, multiplican su acción vía redes sociales. Porque esas redes no las alimentan robots.

Demeritar a quienes consiguen en las redes una oportunidad de expresarse es tomar para sí las mismas prácticas que se critican abiertamente a los que pretenden silenciar a los medios establecidos, es apoderarse de un discurso de censura.

No @hcapriles, no se trata de guerreros del teclado; como tampoco se trata de guerreros en las cientos de manifestaciones que se suceden en el país todos los días. Se trata de que existe una efervescencia creciente que requiere no solo de válvulas de escape; sino de liderazgo, de inspiración.

Esos guerreros del teclado y twitterneitors como tú los llamas, te acompañaron durante tres campañas. Pusieron fotos de tropelías ventajistas que sirvieron para sustentar expedientes de fraude que hoy parecen olvidados, y también de tus extraordinarias concentraciones. Seguramente en esos días no los considerabas como ahora.

Ese trabajo político que señalas, y que nadie cuestiona per se también se adelanta desde las redes; y de eso sabes mucho; pues si no cómo se explican tus casi cuatro millones de seguidores, tu multiplicidad de cuentas en twitter y otras formas de –hoy- evidente incoherencia entre lo que dices y lo que practicas.

Pero lo dicho. Debe ser la presión.

Un fuerte abrazo.

Alfredo Yánez Mondragón

PD. Este texto, como todo lo que escribo en este blog es una consideración estrictamente personal.

 

Publicado originalmente en el diario El Universal (Caracas)