Ex sidoristas protestan en la calle ante nuevo engaño de la CVG

Ex sidoristas protestan en la calle ante nuevo engaño de la CVG

William Urdaneta

Los accionistas “B” de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) protagonizaron este lunes la protesta más contundente de los últimos seis años de lucha por el reembolso de sus acciones, luego de que la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) decidiera suspender sin aviso previo el operativo de cesión, reprogramado por tercera vez para este lunes.

Con dolencias y molestias físicas, los copropietarios del 20% del capital social que desde la mañana del domingo hacían cola a las afueras del edificio de la antigua Edelca, en donde se realizaría el operativo, decidieron cerrar las avenidas Las Américas, Guayana y el Paseo Caroní en ambos sentidos.

La suspensión del operativo de reembolso a los 9 mil 200 accionistas, convocados a la primera fase de cesión de las acciones, fue comunicada por medios informales. El presidente de la CVG, Carlos Osorio, expresó por un mensaje de texto dirigido al director de Sidor, en representación de los accionistas, Pedro Acuña, que por “problemas administrativos” no podría ejecutarse la cesión, que en principio fue prometida de palabra para el 15 de noviembre de 2013 y, posteriormente, a través de un comunicado oficial, reprogramada para el lunes 20 de enero.





“La Contraloría de la República y la Procuraduría me han puesto todas las trabas del mundo para poder procesar esos trámites administrativos ya que los recursos los pondría el Estado (…) Si fuese por mí, usted puede estar completamente seguro que ya las hubiese cancelado o comprado”, expresó el también ministro de Estado.

Beltrán Cedeño acudió al operativo de reembolso asistido con una muleta, luego de viajar desde Margarita hasta Puerto Ordaz. Hace 10 días le fue retirado un yeso de su pierna, en la que sufrió una fractura por un accidente de tránsito. “Qué vergonzoso pasar por esto, llegué ayer de Margarita a las 5:00 de la tarde para encontrarme con esta tremenda decepción”, dijo.

“No merecemos este sufrimiento”, señaló la accionista Ana Ferrer, quien laboró 10 años en la acería. “Éste es un bien nuestro y nos asiste el derecho y la justicia”, indicó.

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