Kirchner y Mujica liman asperezas en Cuba

AFP

La presidenta argentina, Cristina Kirchner, y su homólogo uruguayo, José Mujica, que enfrentan tensiones en su relación, tuvieron este martes un encuentro en La Habana destinado a limar asperezas, en el marco de la cumbre de la Celac, informaron fuentes diplomáticas.

“Fue un encuentro afectuoso, de media hora”, dijeron las fuentes, que pidieron no ser identificadas.

Ninguna de las dos delegaciones informó lo tratado en esta reunión, efectuada la tarde de este martes en una de las salas de reuniones del recinto ferial “Pabexpo”, sede de la cumbre, al oeste de La Habana.





En el encuentro participó también el gobernador de la provincia argentina de Entre Ríos, Sergio Urribarri, cuya región ha sido escenario de protestas contra una planta de celulosa en Uruguay, en la otra ribera de un río compartido.

También estuvo presente el político argentino Leopoldo Moró, que viajó a La Habana invitado por Kirchner, según las fuentes.

Los mandatarios no se reunían desde el 1 de octubre, cuando asistieron en Buenos Aires al bautizo de un barco.

La llegada de Mujica al gobierno en 2010 significó un avance en el vínculo entre los dos países del Río de la Plata, que durante el gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010) vivió momentos de tensión por el bloqueo durante casi cuatro años por parte de manifestantes argentinos de un puente fronterizo en protesta por la instalación de una planta de celulosa en la orilla uruguaya del río Uruguay (limítrofe).

La decisión de Mujica, en octubre pasado, de autorizar a la planta un incremento de su producción encrespó las aguas y Argentina dijo que llevaría el caso a La Haya tal como hizo en la primera etapa del conflicto.

Buenos Aires prohibió poco después el trasbordo de cargas en puertos uruguayos, una medida considerada como represalia por parte de Uruguay y que se sumó a otras decisiones anteriores, como restricciones a las importaciones y la salida de dólares, medidas que han golpeado las exportaciones y el turismo hacia Uruguay.

El mandatario uruguayo ha admitido que la relación con Buenos Aires está “trancada” y que una mejora depende de Kirchner. AFP