Para The Economist, en Argentina y Venezuela “se acabó la fiesta”

 

“Se terminó la fiesta”. La prestigiosa revista inglesa The Economist publicó un artículo sobre las “débiles economías” de la Argentina y de Venezuela, que “están llegando a un punto de inflexión”, reseña lanacion.com.ar.





“La Argentina y Venezuela han estado viviendo prósperamente durante años, gastando despreocupadamente las ganancias de un irrepetible boom de commodities (petróleo en Venezuela, soja en la Argentina). Ambos han recurrido a intervenciones de los bancos centrales y a controles administrativos para evitar que tasas cambiarias sobrevaluadas caigan y que la inflación crezca. Ambos enfrentan ahora un castigo merecido”.

Así comienza el artículo de The Economist . Menciona la “alta inflación”, la tasa de nuestro país, las políticas fiscales, el dólar blue, los precios de Venezuela, “que está crecieodno aún más rápido”. También desliza que la impresión monetaria para financiar el gasto público venezolano empujó la inflación al 56,2 por ciento. “El dólar alcanza los 75-80 bolívares en el mercado negro, hasta siete veces el precio oficial”.

The Economist carga contra ambos países por la caída de las reservas. “Algo había que hacer, y el mes pasado la Argentina dejó que el peso se devaluara por más del 15 por ciento”, cuenta. Da cuenta de la flexibilización del cepo cambiario para atesoramiento, del 20 por ciento de recargo de la AFIP, de la autorización necesaria del organismo. “Los dólares quedan en las cuentas bancarias. Si los sacan antes del año, se les cobra una tasa del 20 por ciento. Aún así, es más barato que comprar dólares en el mercado ilegal”.

“El objetivo del Gobierno parece ser disminuir la brecha entre el precio oficial y el blue, y aunque se achicó un poco, el temor a que la devaluación llevará a una inflación mayor explica la continua alta demanda de dólares, incluso a precio desfavorable”, desliza.

The Economist cita al economista Guido Sandleris , de la University Torcuato Di Tella, quien aseguró que el plan está sentenciado al fracaso a menos que el Gobierno blanquee cuáles son sus intenciones y adopte un combo de medidas para luchar contra la inflación.

La prestigiosa revista inglesa habla del frente fiscal, de los subsidios, de las negociaciones salariales. Cita a Miguel Kiguel, de la consultora EconViews, quien aseguró que los aumentos deberían ser menores al 30 por ciento “si van a servir de ancla anti-inflacionaria”.

“Si el Gobierno está dispuesto a ser prudente antes de hacer política, no está claro”, lanza. La nota repasa el último anuncio de la presidenta Cristina Kirchner, sobre los planes Progresar, y que “su única referencia a la moneda fue un tuit acusando a bancos e inversores de especular con el peso”.

“Con la liberación parcial de los controles cambiarios, la Argentina está dando pasos vacilantes hacia la normalidad. En Venezuela, la situación es más peligrosa”, reza. Y da cuenta de la falta de dólares que vive ese país, de la deuda, de problemas cotidianos: las restricciones o la suspensión de la venta de tickets aéreos, el desabastecimiento de muchas drogas e insumos médicos; de autopartes, baterías; la falta de papel de diario…

Según The Economist , el gobierno venezolano culpa a privados por la crisis. “Ordenó drásticos cortes en la disponibilidad de dólares para viajeros, especialmente para destinos como Miami”, desliza.

“A menos que el gobierno venezolano deje de ser antipático con el capital privado, la posibilidad de nuevas inversiones es baja. Es probable que la escasez de comida se acentúe”, vaticina..