La pregunta principal de este martes en Venezuela es: “¿Nos vamos o no a la playa para disfrutar del Carnaval 2014?”. Esto, aunque parezca irritable, es una interrogante válida en un país en el que todos saben existe una histórica amnesia colectiva.
Por Eduardo Salazar de Peñaranda, elTOQUE
Así que los 15 muertos que hasta ahora se contabilizan durante las manifestaciones estudiantiles contra el Gobierno madurista en varias entidades del país, los más de 163 heridos y 45 detenidos, podrían no importar. Y, de hecho, parecer una noticia vieja la próxima semana tras el asueto.
En la nación que liberó Simón Bolívar hace más de 200 años, hoy por hoy, se gesta una batalla con distintos actores políticos, con intereses que parecieran distar el uno del otro, pero en realidad, todos buscan lo mismo: el poder.
Un territorio con las mayores reservas de petróleo probadas en el mundo no puede ser menos que un blanco para muchas potencias, una mina de oro para los politiqueros, una fuente de riqueza para elites, de distintos tipos. Argumentos que no pueden obviarse si se desea hacer un análisis de la situación actual en la que se encuentra Venezuela.
Para quienes no comprenden lo que está ocurriendo, es propicio realizar una semblanza. Hace ya 17 días, iniciaron una serie de protestas contra el Estado socialista implantado en este país suramericano, que en la actualidad lidera Nicolás Maduro. Las manifestaciones las llevan a cabo estudiantes, pero se han ido sumado todos los sectores de la sociedad, quienes han declarado a eltoque.com que están cansados de la inseguridad; la escasez de alimentos, la inflación, entre otros problemas que aquejan a la población en general.
Tras la convocatoria del líder de la Oposición, Leopoldo López, los estudiantes marcharon hasta Parque Carabobo en el centro de la ciudad de Caracas, de forma pacífica aunque al culminar la actividad, por diversos motivos, se originaron disturbios que desembocaron en los asesinatos de 3 personas y decenas de heridos, el pasado miércoles 12 de febrero.
Inmediatamente, Miraflores culpó a López y éste, a los pocos días, se entregó a la Justicia venezolana quedando literalmente como un héroe. Desde allí se intensificaron las protestas sociales, la represión por parte de la Guardia Nacional Bolivariana ha sido evidente, tal y como ha sido registrada en numerosas fotografías y videos colgados en Youtube o posteados en Facebook o Twitter, siendo entonces, y ante la auto censura de los medios de comunicación audiovisuales, las redes sociales las protagonistas en este capítulo del presente histórico venezolano.
Sin embargo, el oficialismo ha salido al paso ante las denuncias de represión que atentan contra los Derechos Humanos de los manifestantes, y ha dicho que se trata de un esquema organizado por el gobierno de Estados Unidos, que pretenden derrocarlo. De hecho, Maduro insiste en que detrás de las llamadas “guarimbas” hay laboratorios, y que incluso aquellas imágenes de castrenses golpeando a jóvenes disidentes son montajes de la extrema derecha que buscan empañar su mandato, que hasta ahora cuenta con sólo 10 meses.
En el Consejo Federal de Gobierno celebrado este lunes en la capital venezolana, Maduro aseguró que los cuerpos de seguridad del Estado actúan respetando la Constitución y buscan la paz en el país, echando por tierra en cuestión de segundos el repudio de los venezolanos contra la actuación de dichos hombres y mujeres, quienes deben por regla proteger a los ciudadanos, no agredirlos.
Capriles ausente
En ese Consejo, también se notó la ausencia de Henrique Capriles, ex candidato presidencial y gobernador del Estado Miranda, quién declaró que no asistió al encuentro porque no estaban dadas las condiciones para un dialogo coherente. Y así parece, pues diversos voceros de la Mesa de la Unidad, adversaria al primer mandatario nacional, señalan que no puede existir conciliación en medio de discursos agresivos. Además, piden se liberen los presos políticos y se generen mesas de trabajo que colaboren realmente con el progreso del país a través de propuestas e ideas claras que unan a los dos bandos en un punto: el desarrollo económico.
Justamente, y hablando de presos políticos, el gobernador del Táchira (región fronteriza con Colombia en la que se ha notado con mayor fuerza el descontento social) José Vielma Mora, exigió a las autoridades que liberen a López y reconoció que existe un alto desabastecimiento, así como otras fallas en el aparato productivo de la nación – aunque horas más tarde escribiera en su cuenta de microblogging que se trataba de rumores pese a los audios que comprueban tales declaraciones -. Pero los caribeños ya están acostumbrados a este tipo de contradicciones de sus políticos, así que restaron importancia tanto a la aceptación previa de Vielma sobre las circunstancias nacionales como a la negación posterior.
Muchos de los ciudadanos entrevistados, aclaran que en Venezuela falta “guáramo”, una suerte de contundencia o valor para enfrentar la vida, que permita a la colectividad hacer frente a la realidad social sin escatimar esfuerzos ni perder la visión. ¿Por qué?
Fácil, pues algunos, por ejemplo, reprochan la falta de decisión o firmeza en las acciones tomadas durante estas manifestaciones por el otrora líder nacional, Henrique Capriles. Si bien la violencia no es el camino, tampoco lo es el desinterés.
Por otra parte, el mandatario Nicolás Maduro, declaró como día no laborable el 27 de febrero, bajo el pretexto de celebrarse 25 años del Caracazo (serie de disturbios contra el ex presidente de la época, Carlos Andrés Pérez). A las horas, extendió el decreto hasta el 28 de febrero. Lo que al sumarse a los días dispuestos en el calendario para la celebración del Carnaval, da un total de 6 días sin actividades. Eso sin contar, que el miércoles 5 de marzo, se cumple 1 año de la muerte de Hugo Chávez, y como es de suponerse habrán también actos conmemorativos que impedirán una jornada normal de trabajo.
O sea, lo anterior nos deja ver que los venezolanos tendrán una semana entera para el descanso o el esparcimiento. Con el pasado reciente se revela que, varios eventos que han impactado negativamente en este país han sido olvidados rápidamente pues han sucedidos en la víspera de asuetos o fiestas. ¿Ocurrirá lo mismo? O, por el contrario, los nacidos en esta tierra continuarán expresando su pesar, tal como me lo han hecho saber los lectores mediante mi cuenta en twitter: @EduSalazarU
Y es que sí, a juzgar por las pancartas y consignas en las marchas, sí hay razones para implementar el artículo 350 de la Carta Magna. Es decir, mantenerse en las calles pacíficamente: 25 mil homicidios en el 2013, escasez de productos básicos para la dieta como la leche o la harina de maíz. Aunado a ello la pérdida de 20 mil millones de dólares del sistema de Cadivi (encargado del control de divisas en Venezuela), entre otros motivos.
Ahora bien, la violencia no es el camino. Impedir el libre tránsito va contra la Constitución, de la misma manera que la represión. Hay que tener en cuenta que Maduro llamó al dialogo, de la manera que sea debería ser aceptado. En el que no exista hipocresía ni tonos fuertes de ambos sectores, sino propuestas serias que contribuyan a la reconstrucción de la economía nacional.
Los intereses de los ciudadanos son los únicos que deben privar. Si hay intentos de magnicidios, que se demuestren. Si existen planes desestabilizadores, que se coloquen sobre la vista de todos, las pruebas. Y asimismo, la oposición debe ceder un poco y activar los mecanismos que permitan la conciliación. Al tiempo que se prepare para las próximas contiendas electorales.
Por su parte, Miraflores tiene que aceptar el descontento y procurar planes que permitan mejoras en la calidad de vida del venezolano. In-visibilizar no es una opción.
También pudiera concluirse que si Leopoldo está preso por alentar las “guarimbas”, entonces una vez encerrado quién produce la inestabilidad en Venezuela. De ser así se espera que ahora se reactive el sector empresarial, haya seguridad y paz en la nación, “llueva café en el campo…” y también en los barrios, y no sólo café, sino también pollo, azúcar, mayonesa, y otros productos de higiene personal imprescindibles como el jabón de tocador o el papel higiénico.
Para terminar, nos unimos al duelo nacional. No sólo por las 15 personas caídas durante estas protestas, sino por los miles que han muertos en los últimos años como consecuencia de la desestructuración social, la corrupción y la falta de valores.
Qué el Carnaval vuelva a Venezuela cuando todos puedan salir de sus casas a bailar sin miedo. Y le quiten las máscaras al hampa. Cuando no se necesite disfrazar la felicidad.